En el marco de la Cumbre Mundial de Alcaldes, el Pontífice abogó por una cultura en la que todos se sientan convocados a colaborar en el cuidado de la creación
En la ciudad autónoma de Buenos Aires finalizó la Cumbre Mundial de Alcaldes de C40 que convocó a los representantes de distintas ciudades para reflexionar y discutir las acciones necesarias para abordar el cambio climático.
El papa Francisco, preocupado por el cuidado de la Casa Común, envió un mensaje al Jefe del Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, extensiva a todos los participantes de este evento.
“Al reunirse, ustedes reconocen la imperiosa necesidad de ampliar la mirada y buscar un bien mayor que favorecerá a todos”, expresó el Pontífice, y los exhortó a evitar declaraciones formales que provoquen desidia. Además, deseó que los esfuerzos realizados para llevar adelante esta cumbre se vuelvan operativos y contrarresten la tentación de generar proyecto y declaraciones incapaces de lograr adhesiones, tanto de transformación como de cambio.
Asimismo, les pidió no sumar a la contaminación ambiental “el aire viciado del descreimiento, de la apatía y la desidia, fruto de políticas mal aplicadas y de retóricas estériles incapaces de proporcionar pistas de aterrizaje al deseo y a la voluntad de involucrarse de gran parte de la ciudadanía”.
El Papa también habló de las actitudes del líder y les recordó a gobernantes que para reducir la contaminación climática y promover un futuro sustentable se requieren liderazgos que vivan su vocación política con austeridad, convicción, honestidad y responsabilidad. Justamente estas actitudes “ayudarán a suscitar la empatía necesaria que impulse las transformaciones estructurales que se necesitan”.
Insistió que en una “ciudad verde” reclama no ignorar a los excluidos y se traducirá en “su capacidad de atención y promoción de los más débiles”, y solicitó prestar atención a los discursos para impulsar zonas protegidas exclusivas o soluciones que generan exclusión o descarte”.
Finalmente, Francisco pidió “Impulsemos en nuestras comunidades una cultura en la que todos se sientan convocados a colaborar como instrumentos de Dios en el cuidado de la creación para que esta siga siendo una casa para todos”.