Desde 2018 Francisco ha nombrado seis nuevos obispos, mientras que el gobierno de Pekín ha reconocido a seis prelados de la Iglesia “clandestina”
La prensa italiana lo adelantaba esta semana, pero ha sido hoy, sábado, cuando el Vaticano ha anunciado la prorrogación del acuerdo provisional entre el gobierno chino y la Santa Sede para la provisión de obispos que se firmó por ambas partes en septiembre de 2018.
“La Santa Sede y la República Popular China, tras las oportunas consultas y evaluaciones, han acordado prorrogar por otros dos años la vigencia del Acuerdo Provisional sobre el nombramiento de Obispos, firmado el 22 de septiembre de 2018 y renovado por primera vez el 22 de octubre 2020″, ha anunciado el Vaticano. De esta manera, el acuerdo continuará vigente hasta el 22 de octubre de 2024.
“El Vaticano tiene la intención de continuar el diálogo respetuoso y constructivo con China, para una implementación fructífera del Acuerdo mencionado y para un mayor desarrollo de las relaciones bilaterales, con miras a promover la misión de la Iglesia Católica y el bien del pueblo chino“, ha explicado la Santa Sede.
Este acuerdo supuso un auténtico hito tras décadas de relaciones diplomáticas extraoficiales tras el abandono del último nuncio en 1951. Por ello, ha sido catalogado siempre de “ad experimentum”. Un experimento provisional que, tras estar vigente dos años, se renovó el 22 de octubre de 2020 por otros dos, a pesar de los recelos por parte de ambos bandos.
La decisión se habría tomado tras varios encuentros de una delegación vaticana y los representantes del gobierno producidos entre agosto y septiembre en la ciudad del Tianjin, en el norte de China. El acuerdo estipula que el nombramiento papal de un obispo debe ser comunicado a la parte china para su aprobación, poniéndose fin a las ordenaciones ilegítimas de prelados por parte de la llamada Iglesia “patriótica” son el nombramiento papal. Desde entonces, Francisco ha nombrado seis nuevos obispos y, por su parte, el gobierno de Pekín ha finalmente reconocido a seis obispos de la Iglesia “clandestina”. Números que están lejos de las necesidades ya que ahora mismo habría 66 obispos para un país que tiene 98 diócesis.