El grupo de Pastoral Rural Misionera de la archidiócesis de Mérida-Badajoz ha lanzado un comunicado en relación al macrovertedero de residuos industriales que se quiere abrir en Salvatierra de los Barros y que está generando una ola de protestas.
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Pocas horas después, la Junta de Extremadura ha anunciado hoy que el expediente del proyecto queda archivado debido a que la empresa promotora no ha atendido la petición del Gobierno regional de facilitar la documentación de viabilidad medioambiental que le ha requerido en el plazo establecido.
Por su parte, el grupo pastoral llama la atención sobre la movilización social que se está produciendo y a la sucesión de caceroladas vecinales. “Estas cacerolas están llenas de la unión de un pueblo, de capacidad de movilización, de ingenio, de energía solidaria”, ha dicho Maite Benítez, portavoz del grupo de Pastoral Rural Misionera.
Posturas valientes
Benitez ha insistido en defender el “irrenunciable derecho a la propia existencia, a permanecer en el propio pueblo, viviendo con dignidad, en franca armonía con el paisaje querido, conocido, cuidado, sin aceptar su destrucción, su contaminación; sin aceptar el efecto expulsión que supondría la instalación que se pretende construir”. “En esas cacerolas llenas encontramos, además, el rostro de una Iglesia que camina con su pueblo y no baja los brazos en la defensa de la verdad, la justicia y la vida de las comunidades”, ha añadido.
Asimismo, el grupo pastoral señala que se necesitan posturas valientes que no se dejen manipular por falsas promesas de desarrollo y riqueza que, en realidad, contribuirán a hundir más nuestros pueblos, golpeados por tantos factores negativos: envejecimiento, falta de servicios, brecha digital, brecha financiera, malas comunicaciones, expolio de recursos.