Con el lema ‘Fuera de Cobertura’ las asociaciones y servicios que participan en el Día de las Personas sin Hogar en Madrid, entre las que se encuentra Cáritas y que se coordina desde la Red FACIAM, se han unido para presentar públicamente la Campaña de Personas sin Hogar 2022.
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Durante un encuentro con los medios de comunicación que ha tenido lugar este jueves para presentar la campaña, desde Cáritas se ha destacado la necesidad de visibilizar el sinhogarismo como un problema social “que debe atajarse con políticas públicas y medidas que den cobertura total a las necesidades de las personas que no tienen un hogar”.
Y es que, tal como han subrayado, “no tener un hogar va más allá de no tener techo”. Así, en España, 1 de cada 5 hogares sufre exclusión residencial y el 2,3% de los hogares sufre amenazas de expulsión de su vivienda (informe FOESSA de Cohesión social 2022). Además, quienes no tienen un hogar quedan fuera de todo: sin conexión social o familiar, sin cobertura sanitaria, social o legal, sin acceso al trabajo, la cultura o la educación, sin dignidad.
25% de mujeres
“Esta es la realidad que cada día viven miles de personas”, han subrayado desde Cáritas Madrid. “El perfil de estas personas es diverso y heterogéneo, lo que nos indica que cualquier persona puede acabar en una situación de sinhogarismo, al margen de la edad o el sexo, o de su situación social, educativa, económica o familiar”, han añadido. Este es el caso de Armando, quien tenía su propia empresa de consultoría y le iba bien, pero con la crisis de 2008 comienza a acumular deudas y termina perdiendo el empleo y la vivienda; tiene además graves problemas de salud y, pese a tener documentación, encuentra trabas continuas para acceder a los servicios médicos.
Por otro lado, según los datos de atención de la Red FACIAM, cada vez hay más personas jóvenes en situación de sinhogarismo, y, ahora mismo, representan en el 30 % de las personas acompañadas por FACIAM. Este es el caso de Kimberly, joven de 22 años, quien ha pasado a estar sin hogar junto a su madre y su hermano, a estar en situación de sinhogarismo y sola; ahora comparte piso y aspira, como cualquier joven de su edad a poder finalizar sus estudios y trabajar.
También destaca el crecimiento de mujeres en situación de sinhogarismo, según datos estadísticos y de atención, las mujeres representan alrededor del 25 % de las personas sin hogar, como es el caso de Carol, madre sola con tres hijos a su cargo que dificulta que pueda tener un empleo y acceder a una vivienda; hasta llegar al residencial, donde ahora se alojan, ha pasado por varios pisos y habitaciones alquiladas, reflejo también de casos de infravivienda o vivienda inadecuada.
Eliminar estereotipos
Susana Hernández, presidenta de FACIAM, ha señalado, por un lado, la necesidad de “conocer la realidad del sinhogarismo para des estigmatizar a las personas sin hogar, personas que por diferentes motivos y con diferentes vidas tienen que partir de cero”. Y por otro lado, ha apuntado a la urgencia de facilitarles recursos, “porque con los apoyos necesario las personas pueden salir adelante hacia una vida autónoma, como vemos con estos casos; para ello apostamos por la centralidad absoluta de las personas y familias en situación de sin hogar, y por mantener la mirada de derechos humanos de manera global”.
Por todo ello, las entidades colaboradoras y miembros de la red FACIAM han hecho un llamamiento a las administraciones públicas, para que pongan en marcha “medidas que garanticen los derechos y la dignidad de las personas sin hogar, para que accedan a los recursos necesario que les permita salir de la exclusión y emprender por sí mismas una vida normalizada”.
Asimismo, piden a la ciudanía “avanzar hacia una sociedad de los cuidados, donde mutuamente nos protejamos, y protejamos la vida de cada persona, sin dejarnos a ninguna (sobre todo a las más vulnerables), donde cuidemos lo que nos es común, el entorno, las relaciones, los vínculos, los derechos, la convivencia…”.
Y, a los medios de comunicación, desde las entidades han solicitado que muestren “la verdadera realidad de las personas sin hogar, como realidad heterogénea y compleja, y lejos de estigmas, para que no se perpetúen estereotipos y sí se muestre la capacidad de resiliencia de las personas sin hogar”.