Los días 8 y 9 de octubre, el salesiano Luc Van Looy, obispo emérito de Gante (Bélgica), acudió en Roma a los diferentes actos organizados en torno a la canonización de Artémides Zatti, un salesiano de origen italiano que desarrolló su vida religiosa en Argentina asiendo a numerosos enfermos. Van Looy había sido noticia meses antes al renunciar al cardenalato tras el anuncio que papa Francisco hizo el pasado 29 de mayo por la gestión de los casos de abusos hechos en el pasado como titular de la diócesis belga.
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Un gesto personal
Sin embargo, una imagen ha puesto sobre la pista al periódico católico neerlandés ‘Nederlands Dagblad’ y es la manera en la que el pontífice besó el anillo del obispo emérito. Algo que estaba a la vista de todos, ya que es una de las fotos principales que el Vaticano mantiene en su página web. Van Looy saludó en público a Francisco tras la audiencia a la Familia Salesiana del 8 de octubre y tras la misa de la canonización del día siguiente, en la plaza de San Pedro. En beso de veneración papal ha dado notoriedad al que hasta entonces parecía ser un gesto discreto y personal del pontífice.
Y es que, según asegura este medio flamenco, Van Looy recibió como regalo del Papa un anillo similar al que recibieron en el consistorio del pasado 27 de agosto el resto de cardenales, si bien el prelado no participó en dicha celebración ni en las jornadas de estudio del nuevo documento sobre la curia romana. A pesar de haberse hecho pública su renuncia al capelo el 16 de junio, ahora la prensa publica que la entrega de dicho anillo la realizó el cardenal surcoreano Lazarus You Heung, prefecto del Dicasterio para el Clero y es que, en su época en la congregación salesiana, Van Looy fue misionero varios años en Corea del Sur.
“Es algo entre el Papa y yo. No he recibido este anillo públicamente y, por tanto, no debería anunciarse públicamente”, son las palabras que ‘Nederlands Dagblad’ recoge del obispo belga. Para él, el regalo es solo “un gesto del Papa y nada más, creo”. Desde el Vaticano no hay “respuesta oficial” pero el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, respondió al periódico diciendo que le “parece más un gesto personal del Papa que un acontecimiento de importancia eclesiástica”.
El obispo Van Looy, que vive su retiro ayudando en un santuario mariano belga, señaló a Vida Nueva tras su renuncia: “Recuerdo que Don Bosco nunca aceptó honores o títulos, y que Jesús pasó por medio de la gente cuando le quisieron nombrar rey. Estamos en la mano de Dios”.