De Teresa de Jesús (Ávila, 1525-Alba de Tormes, 1582) siempre hay algo nuevo que descubrir, algo nuevo por lo que nos encandila. “Santa Teresa es como una fuente que está siempre manando, brotando, y siempre encontramos en ella nuevos matices, nuevos tesoros por descubrir. Cuando parece que ya se ha estudiado y se ha dicho todo sobre ella, resulta que no es así”, explica Miguel Ángel González, prior de la Orden de los Carmelitas Descalzos en Alba de Tormes y en Salamanca.
La gran exposición Teresa de Jesús: mujer, santa, doctora –en el Monasterio de la Anunciación de Alba de Tormes (Salamanca), donde está el sepulcro de la santa de Ávila– es el testimonio de que Teresa de Jesús no deja de hablarnos y transformarnos. “Después de ver la exposición –afirma el prior–, la santa le dice a cada uno de los visitantes: te has enriquecido, te he enseñado cómo soy como mujer, como santa, como doctora; y, con el hilo conductor de esta exposición, has aprendido a ser más libre, más culto, más valiente y combativo, más apacible y agradable, más espiritual, más humano, más sabio”.
Hasta tal punto se manifiesta “la espiritualidad totalmente fresca y actual” de la carmelita que “en el visitante hay un antes y un después de ver esta exposición”, añade González, también comisario de la muestra albense, que reúne más de doscientas obras de pintura, escultura, vestimenta, orfebrería, documentación de gran valía, objetos vinculados a Teresa de Jesús, piezas propias del Museo CARMUS –el museo de arte sacro carmelitano, con sede también en Alba de Tormes– y otras llegadas de diferentes centros carmelitas del país datadas entre los siglos XVI y XXI.
El discurso expositivo comienza con el “juntos andemos” del Camino de Perfección (1554-1567) y una escultura de Teresa de Jesús con los brazos abiertos. “Es la propia santa la que le dice al visitante: ‘Ven conmigo, que te voy a enseñar cómo soy como mujer, como santa, como doctora’”, confiesa Miguel Ángel González. Y se cierra con una escultura contemporánea que retrata a la santa en actitud andariega. “El ‘juntos andemos’ tiene ya otro sentido. Ella le dice ahora a cada visitante que todo este bagaje, toda esta riqueza espiritual y cultural, te la llevas contigo al camino de tu vida. Es decir, la santa andariega te acompaña ahora en el camino de tu vida para que sea más plena”.
El prior de Alba de Tormes manifiesta que es la propia Teresa de Jesús quien dialoga con el visitante en la exposición. “Todas las obras son de temática teresiana, pero lo más llamativo es que se produce un encuentro personal, una conversación con santa Teresa. Esa es la sensación que el visitante tiene. Y es lo que se pretendía. Experimentamos su presencia viva y, por eso, tiene la impresión de que es la misma Teresa de Jesús la que le acompaña en el recorrido y la que transmite cómo es ella”.
La muestra surgió –y así se presentó en Fitur– para conmemorar el IV centenario de la canonización de la santa (1622) y el I centenario de su doctorado honoris causa por la Universidad de Salamanca (1922). Fue un proyecto nacido en Alba de Tormes que buscaba –y así ha encontrado– una proyección extraordinaria. Y sus puertas se mantendrán abiertas hasta el 25 de enero, efeméride de la fundación carmelita en Alba de Tormes, la octava de santa Teresa, que contó además con la presencia de san Juan de la Cruz.