En días pasados, se conoció en México de un asunto legal que se votará en la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), los próximos días, con relación a la colocación de un nacimiento navideño en un espacio público en Chocholá, Yucatán, luego de que un ciudadano dijo haberse sentido discriminado por ello.
Este domingo, previo a la Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) los obispos no sólo han advertido un riesgo en la libertad religiosa en caso de que los ministros voten a favor del proyecto de sentencia elaborado por el ministro Juan Luis González Alcántara, sino que trajeron a colación lo ocurrido en la Guerra Cristera, cuando se atentó contra este derecho.
“En México, particularmente en la primera mitad del siglo pasado, una corriente política sumamente intolerante, quiso prohibir el ejercicio no sólo público, sino también privado de la libertad religiosa, así como de culto”, señalaron los obispos a través de un comunicado, y añadieron:
“La persecución fue una manifestación de una visión autoritaria y equívoca de la función del Estado, que no puede regir el fuero interno de las personas, es decir, su conciencia. El Estado Laico, no puede ser comprendido como la ausencia, la falsa neutralidad de lo religioso”.
También señalaron que han sido muchos los esfuerzos de la iglesia para definir y ofrecer una visión más clara de la libertad religiosa.
“Tanto san Juan Pablo II, como Benedicto XVI, y el propio papa Francisco, han hecho múltiples esfuerzos en este tema. Sobre todo reconociendo, que estos derechos fundamentales de la persona, deben verse bajo la corriente de un nuevo paradigma, que más que poner al centro al Estado Nación, pongan a la dignidad humana de cada persona”.
Pusieron como ejemplo al presidente francés, Sarkozy, quien en el año de 2007, acuñó la expresión de “laicidad positiva”, que significa que el Estado Laico está llamado a promover el diálogo y la participación cultural, social, etc., de las religiones en el entramado social.
Y ahora –continuaron- recientemente, en el mes de abril, el secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, propuso el término de “laicidad colaborativa”, en el Encuentro Académico y Conmemorativo, con ocasión del XXX Aniversario de las Relaciones Diplomáticas entre México y la Santa Sede, así como en otra alocución pronunciada, el año pasado, en la Nunciatura Apostólica, en ambos casos en presencia del Secretario de Relaciones Exteriores de México.
Finalmente, apuntaron que las creencias religiosas en el mundo, presentes desde siempre, tienen manifestaciones concretas que no se pueden negar. “La creencia, no es una idea, sino una opción, una forma de vida, que va haciéndose cultura. Se piensa, se siente, se actúa y se concretiza en las distintas circunstancias y relaciones de la vida, a partir de las creencias y las opciones fundamentales, pues dan sentido a nuestra existencia, individual y colectiva. El ejercicio de una expresión religiosa, individual o colectiva, no implica el buscar imponerla a los demás”.