“La crisis socioecológica que vivimos es un momento propicio para la conversión individual y colectiva y para decisiones concretas que ya no se pueden aplazar“. Así ha expresado el cardenal secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, la preocupación de la Santa Sede ante el cambio climático durante su intervención, este partes, en la COP27, que se celebra en Sharm el-Sheikh del 6 al 18 de noviembre.
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“El rostro humano de la emergencia climática nos desafía profundamente”, ha aseverado Parolin. “Tenemos el deber moral de actuar de manera concreta para prevenir y responder a los cada vez más frecuentes y severos impactos humanitarios causados por el cambio climático”.
De esta manera, el purpurado ha señalado que el creciente fenómeno de los migrantes desplazados por el cambio climático “es un signo preocupante”. Por ello, ha exigido a los Estados “soluciones tangibles”. “Cuando esto no sea posible, es importante reconocer la migración como una forma de adaptación y aumentar la disponibilidad y flexibilidad de las vías para la migración regular”, ha añadido.
“Necesitamos ser valientes”
“De manera preocupante, debemos admitir que eventos globales como el Covid-19 y el creciente número de conflictos en todo el mundo, con sus graves consecuencias éticas, sociales y económicas, corren el riesgo de socavar la seguridad mundial, exacerbar la inseguridad alimentaria, poner en peligro el multilateralismo e incluso eclipsar nuestros esfuerzos”, ha recordado Parolin, afirmando que “no podemos permitir que esto suceda”.
“El cambio climático no nos esperará”, ha asegurado. “Nuestro mundo es ahora demasiado interdependiente y no puede permitirse estructurarse en bloques de países aislados e insostenibles. Este es un momento para la solidaridad internacional e intergeneracional”, por lo que “necesitamos ser responsables, valientes y con visión de futuro no solo para nosotros mismos, sino también para nuestros hijos”.
