En su primer mensaje a los obispos mexicanos, Joseph Spiteri agradeció la acogida y recordó cuando fue secretario de la nunciatura hace un cuarto de siglo
Este 7 de noviembre inició en México la Asamblea Plenaria de los obispos, con la participación del nuevo nuncio apostólico, Joseph Spiteri, quien entregó sus cartas credenciales al presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Rogelio Cabrera, y agradeció las muestras de cariño que ha recibido desde su llegada al país el pasado 6 de octubre.
Spiteri se dijo emocionado de regresar a México después de 25 años, pues de 1995 a 1998 se desempeñó como secretario de la nunciatura; en este sentido, dijo que si bien muchas cosas han cambiado en un cuarto de siglo, hay algo que permanece:
“Mirando a México después de 25 años, estoy convencido que una cosa no ha cambiado: el amor de Nuestra Madre Santísima, la Virgen de Guadalupe, hacia todas sus hijas e hijos en esta querida Nación. Y me parece que no haya tampoco disminuido su cariño, queridos hermanos Obispos, como el cariño y la devoción de todos los mexicanos hacia la Virgen Morenita del Tepeyac“.
Tras reconocer la importancia de los temas que se tratan en la CXIII Asamblea Plenaria, el nuevo nuncio, que sustituyó en el cargo a Franco Coppola, se dirigió a los obispos para pedirles de manera especial preparar la Visita ad limina Apostolorum que llevarán a cabo el próximo año -entre abril, mayo y junio- como un momento de gracias y comunión eclesial en cada diócesis del país.
El representante diplomático del Papa consideró que esta preparación debe ser también una oportunidad para que los obispos aborden el tema de la corresponsabilidad en la Iglesia, para no caer en la tentación de tomar las decisiones pastorales de manera individual, sin compartir la responsabilidad final, ligada al oficio pastoral.
Les recordó que el proceso sinodal pide a los obispos un cambio de mentalidad, a veces radical, que implica también ofrecer más tiempo al diálogo, por lo que les pidió paciencia antes de tomar decisiones.
Asimismo, les pidió no caer en la equivocación de pensar: “Sí, yo consulto, pero después decido yo, como me parezca mejor o… como me dé la gana”, como advertía el papa Juan Pablo II.
Spiteri advirtió a los pastores que la división es el reino del diablo, y que sólo donde se experimenta la comunión, con la debida sencillez, las personas pueden encontrar a Dios.
Por ello, el nuncio pidió a los obispos más tiempo para escuchar a los sacerdotes y laicos. “Necesitamos dedicar tiempo para escucharlos, como para encontrarnos con los jóvenes, los casados, los ancianos, los que se encuentran en las periferias geográficas o existenciales de nuestras comunidades diocesanas”.
“A todos –continuó- estamos llamados a proponerles el encuentro con Jesucristo, para que juntos lo conozcamos mejor y sigamos con gozo su ejemplo y sus pasos”.
Finalmente, les dijo que algo que fortalecería mucho la comunión con el pueblo de Dios es una mayor transparencia en el deber de rendir cuentas, no sólo a Dios, sino también a la comunidad cristiana.