Benedicto XVI recibía ayer, 9 de noviembre, la visita del arzobispo mayor Sviatoslav Shevchuk, líder de la Iglesia greco-católica ucraniana, en el monasterio Mater Ecclesiae. Durante el encuentro, el papa emérito aseguró a Shevchuk, con quien no se encontraba desde 2019, que “sigue rezando por Ucrania”.
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Dos días antes, Shevchuk se reunía también con el papa Francisco en el Vaticano. El prelado, que decidió permanecer en Kiev para dar apoyo a la población tras la invasión rusa, ha entregado al Pontífice el fragmento de una mina rusa que destruyó la fachada del edificio de la iglesia greco-católica ucraniana de la localidad de Irpin’, cerca de Kiev, el pasado mes de marzo.
Cercanía con el pueblo que sufre
Durante el encuentro, el Papa renovó su cercanía a lo que llama “el pueblo ucraniano atormentado”, en la oración y la acción. Asimismo, ha animado a la Iglesia en Ucrania a continuar con “un servicio evangélico de proximidad al pueblo que sufre, oprimido por el miedo y la violencia de la guerra”.
El Papa Francisco también reiteró el compromiso de la Santa Sede con el fin de la agresión y la llegada de una paz justa. “El compromiso de la Santa Sede”, dijo el Papa, “es también promover la solidaridad con el pueblo ucraniano, así como apoyar los esfuerzos de paz”.