“Uno de los desafíos más relevantes que hoy enfrentan las casas de formación sacerdotal es que ellas sean verdaderas comunidades cristianas, lo que implica no solo un proyecto formativo coherente, sino también un número adecuado de seminaristas y formadores que asegure una experiencia realmente comunitaria en todas las dimensiones de la formación”. Claro mensaje del papa Francisco hoy en su audiencia a los participantes en el Curso para Rectores y Formadores de Seminarios Latinoamericanos.
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Según Jorge Mario Bergoglio, “este desafío exige en no pocas ocasiones empeñarse en crear o consolidar seminarios interdiocesanos, provinciales o regionales”. “Se trata de una tarea que los obispos deben asumir sinodalmente, especialmente a nivel de las conferencias episcopales regionales o nacionales, en la cual ustedes están llamados a colaborar con lealtad y proactividad”, agrega el texto entregado, pero no leído, puesto que el Papa ha preferido mantener un diálogo con ellos.
No es la primera vez que el Pontífice se manifiesta en este sentido. En la visita ‘ad limina’ del Episcopado español en enero ya les verbalizó la pertinencia de que el número de seminaristas oscilara entre los 25 y 30 para poder generar tanto un clima de convivencia, un acompañamiento adecuado y claustro que permita una formación de calidad. En este sentido, el Papa ha encargado, a través del Dicasterio para el Clero, una visita canónica a los seminarios españoles, que tendrá lugar entre enero y febrero de 2023.
El texto presenta la ‘Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis. El don de la vocación presbiteral’ en continuidad con Juan Pablo II y Benedicto XVI. “¡Cuán necesaria es una formación de calidad para los que serán presencia sacramental del Señor en medio de su rebaño, alimentándolo y sanándolo con la Palabra y con los Sacramentos!”, exclama.
“Los formadores educan con su vida”
Dirigiéndose a los formadores, Francisco insiste en la necesidad de “dejar inercias y protagonismos e iniciar a soñar juntos, no añorando el pasado, no solos, sino unidos y abiertos a lo que el Señor hoy desea como formación para las próximas generaciones de presbíteros inspirados por las actuales orientaciones de la Iglesia”.
Para el Papa, “los sacerdotes son ‘con-discípulos’ de los demás fieles cristianos y, por lo mismo, comparten las mismas necesidades humanas y espirituales, como también están sujetos a las mismas fragilidades, límites y errores”. “En los seminaristas, como en cada uno de nosotros, interactúan y coexisten dos aspectos que deben integrarse recíprocamente: los dones de la gracia y los rasgos de la naturaleza herida”, sostiene.
Asimismo, en el discurso entregado afirma, en relación a los formadores, que “es necesario estar atentos, ya que su misión no es formar ‘súper hombres’ que pretendan saber y controlar todo y ser autosuficientes, sino lo contrario, es formar hombres que con humildad sigan el proceso elegido por el Hijo de Dios, que es el camino de la encarnación”. Y ha recordado: “Los formadores educan con su vida, más que con sus palabras”.