Hasta ahora, las denuncias por abusos en el seno de la Iglesia belga no habían sido muchas, pero, en el último curso 2021-2002, han crecido significativamente en comparación con los años anteriores, registrándose 86. Para los autores del informe antiabusos, el “detonante” ha podido ser la publicación, en año pasado, de las conclusiones de la llamada Comisión Sauvé, encargada por la Iglesia de Francia y que arrojaron una cifra sorprendentemente alta. Así, muchas víctimas que habían decidido permanecer en silencio se habrían animado finalmente a denunciar su situación.
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Como relata el Centre Catholique des Médias, de las 86 víctimas, 58 son hombres y 28 mujeres. El 80% eran menores en el momento del abuso; de ellos, hasta un 16% tenían menos de 10 años. En torno a un 75% de los abusos se habrían producido hace más de 30 años. De hecho, el 64% de los presuntos violadores ya han fallecido.
En colegios y parroquias
En cuanto al ámbito en el que se dieron tales abusos, 40 casos se dieron en colegios regentados por instituciones eclesiales y 20, directamente, en parroquias. Según la gravedad de los hechos, las 28 víctimas que ya han recibido compensaciones económicas han comprobado como estas oscilan entre los 1.000 y los 25.000 euros. En lo moral, hasta 50 víctimas han solicitado reunirse en el principal responsable de su abusador (obispos si es en diócesis o superiores si es en congregaciones religiosas) para obtener un reconocimiento a su sufrimiento.
Conscientes de que en este camino puede ser sanados, los autores del informe aconsejan a las víctimas “que aún no han sido reconocidas” como tal que den un paso al frente y denuncien lo ocurrido: “A veces han podido optar por permanecer en silencio durante mucho tiempo para sobrevivir o para no agobiar en sus actuales relaciones. Pero el silencio puede volverse devastador cuando suprime lo que necesita ser revelado para la reconstrucción y posible sanación”.