España

El obispo de Ciudad Real advierte que “en países como el nuestro, a los cristianos nos estrechan cada vez más el cerco”

“Jesús anuncia que todos nos odiarán a causa de la fe en Él, pero aun así nos anima a vivir desde su mensaje”, ha escrito Gerardo Melgar en su última carta dominical





En su última carta dominical, el obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar ha hecho una advertencia: “Los seguidores de Cristo hemos de estar alerta porque vendrán otros anunciando la felicidad por otros caminos; se presentarán como los salvadores que prometen felicidad”. Sin embargo, tal como señala el prelado, “Jesús nos dice que estemos muy atentos y que no vayamos detrás de ellos”.



“Cuanto todo esto suceda, a los que seguimos al Señor nos perseguirán, nos juzgarán y nos entregarán a la cárcel; es decir, tendremos toda una serie de persecuciones y será un momento que tenemos que aprovechar para dar testimonio de Cristo”, continua Melgar, subrayando que “Jesús anuncia que todos nos odiarán a causa de la fe en Él, pero aun así nos anima a vivir desde su mensaje, siendo fieles a su estilo de vida, porque ni un solo pelo de nuestra cabeza se caerá sin que nuestro Padre Dios lo consienta”.

De esta manera, tal como afirma el obispo, Jesús “nos urge a todos a la perseverancia en la fe en él, porque desde la fe en Él salvaremos nuestras almas”. Por ello, en este “lenguaje apocalíptico”, Jesús “nos está diciendo que estamos ya en el tiempo de espera, es el tiempo de la Iglesia que prepara su segunda venida, cuando el Señor aparecerá, no ya en la humildad de la carne como en Belén, sino como Dios poderoso, para juzgar a la humanidad entera”.

“Jesús anuncia que todos nos odiarán a causa de la fe en Él, pero aun así nos anima a vivir desde su mensaje”, continua Melgar. “Nuestra vida aquí en la tierra, como seguidores de Cristo, la experimentamos como un tiempo donde nos es posible la felicidad total”. Sin embargo, “es ese tiempo de persecuciones, de condena, de desprecio, de dificultades por seguir a Jesús”.

Perseverar en la fe

“Lo estamos experimentando”, asegura el obispo, ya que “en nuestra vida tenemos dificultades para vivir nuestra fe, porque hay otras muchas llamadas del mundo que quieren ensombrecer nuestro camino de seguimiento de Jesús”. “Estamos asistiendo a la auténtica persecución de los discípulos en los países en los que la Iglesia está abiertamente perseguida”, apunta. “Y en otros como el nuestro, en los que la persecución de los que creemos es más sofisticada pero, en definitiva, nos van estrechando cada día más el cerco, con leyes y con un ambiente laicista, para que vivamos, no desde Dios, sino desde el ambiente social de descristianización y secularismo en donde Dios pierde toda la importancia”.

“El Señor nos lo dice para que estemos muy atentos, para que no sigamos las voces de sirena que suenan en nuestro interior y en nuestro mundo exterior y que nos hacen una llamada constante a construir una vida sin Dios”, concluye el prelado. “Porque prometen una vida más facilona, aunque al final nos deje vacíos”. “Se trata de perseverar en nuestra fe, una fe que debe dar sentido a todo cuanto vivimos, y transformarnos por entero; una fe que nos abre a la esperanza de la vida nueva después de este mundo, donde lograremos una felicidad plena y eterna que nadie puede arrebatarnos”, asevera.

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