Nombrado por Benedicto XVI en 2007 para el vicariato castrense, había sido nombrado obispo por Juan Pablo II en 2001 cuando ejerció sus servicio en la Curia. Actualmente tiene 70 años y su sede está en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción de Whasington. En la crisis de los abusos sexuales dentro del clero se ha alineado con las tesis de que la homosexualidad de los sacerdotes es la que ha llevado a esta herida en la Iglesia estadounidense.
Su vicepresidente, Lori, de 71 años, es arzobispo de Baltimore desde 2012. Previamente había sido obispo de Bridgeport, Connecticutt y auxiliar en Washington, D.C. Es el actual capellán supremo del influyente grupo de los Caballeros de Colón. Como responsable del comité episcopal de libertad religiosa se enfrentó al plan sanitario del Gobierno Obama por financiar métodos anticonceptivos. Desde 2020 capitaneaba la estrategia provida de la Conferencia Episcopal, si bien esta ha ido cambiando el foco de lo doctrinal a lo pastoral, en lo que al aborto se refiere. Ambos tienen ahora tres años por delante pare cerrar polémicas como las surgidas en este tiempo con la prohibición de la comunión a políticos abortistas, la ruptura del diálogo con la Casa Blanca o las críticas a los católicos que apoyaron el movimiento Black Lives Matter.