España

Tres de cada cuatro jóvenes españoles consideran que los adultos les acusan de falta de esfuerzo

El 66% cree que ‘Generación de Cristal’ es un término que se utiliza injustamente para criticarlos, según una encuesta realizada por la Fundación SM





El 74% de los jóvenes dice que los adultos los acusan de falta de esfuerzo en los estudios, en el trabajo o en la vida en general. Este es uno de los principales resultados de la ‘Encuesta Flash Generación de Cristal. Más allá de la etiqueta’, realizada en mayo de 2022 a 400 jóvenes entre 15 y 29 años en España, que la Fundación SM ha presentado hoy en el Colegio Mayor Universitario Chaminade (Madrid).



De hecho, el 58% consideran que los adultos se sienten con el derecho de criticarlos por el mero hecho de ser jóvenes. No obstante, tres de cada cuatro dicen que no toleran que les critiquen su forma de pensar.

Según ha destacado Mayte Ortiz, directora de la Fundación SM, uno de los datos que más le llama la atención es que el 65% afirma haber aprendido a vivir con la incertidumbre de no saber a qué se va a dedicar en el futuro y la mitad se siente frustrado por no llevar la vida que quiere, un sentimiento que está más presente entre los mayores de 21 años.

“Esto quiere decir que los jóvenes están siendo etiquetados como ‘Generación de cristal’ de forma errónea, pues vivir en la incertidumbre supone más valentía que fragilidad”, ha señalado.

¿’Generación de cristal’?

El término ‘Generación de cristal’ fue acuñado por Montserrat Nebrera como una metáfora para describir la fragilidad emocional de los adolescentes y jóvenes de hoy, pero para otros es interpretado como una fortaleza, por su sensibilidad hacia los problemas sociales y hacia aquellos relacionados con la salud mental y emocional.

El 66% cree que es un término que se utiliza injustamente para criticarlos. Los atributos unidos a este término que más los identifican, a sí mismos y a su generación, son: el reconocimiento de la importancia de la salud mental, la sensibilidad hacia los problemas sociales, la baja autoestima y la defensa de la diversidad.

Así, la mitad de los jóvenes consideran que es un término adecuado para explicar su postura crítica ante las injusticias del mundo y aplicable al conjunto de la sociedad. Sin embargo, dos de cada tres lo interpretan desde una perspectiva más negativa, como una crítica hacia ellos.

Meritocracia

El 62% de los jóvenes opina que las generaciones anteriores tuvieron más facilidades para progresar socialmente que los jóvenes de ahora, percepción que se incrementa a partir de los 21 años. Sin embargo, casi en la misma proporción afirman que la mayoría tendrían que esforzarse más.

Tal y como ha remarcado Ariana Pérez Coutado, responsable de Investigación y Evaluación Educativa de la Fundación SM, el concepto de meritocracia sigue estando vigente entre la juventud española, aunque no todos partan con las mismas condiciones.

Y es que el 64% opina que esforzarse es una garantía para lograr tus objetivos en la vida. Así, los jóvenes de entre 18 y 20 años son los que menos confían en que esforzarse es una garantía para el éxito. Sin embargo, también son los que más creen que deberían esforzarse más.

En este aspecto, al 64% les molesta que se hagan chistes o bromas que ridiculizan o discriminan a las minorías, un porcentaje que se eleva a 75% en el caso de las chicas. Además, tres de cada cinco afirman haber sufrido emocionalmente por haber recibido comentarios sobre su aspecto físico, forma de ser o de pensar. Sin embargo, opinan que vivimos en una sociedad demasiado sensible donde la gente se molesta por cualquier cosa.

Diferencias de género

El temor a no cumplir las expectativas de su familia o amigos representa un 56%. Este sentimiento se eleva hasta el 61% en el caso de los jóvenes de clase media baja/baja respecto a la clase media (49%), que parece sentirse menos preocupada por defraudar a su entorno más cercano.

Por otro lado, el 56% de los jóvenes en España reconoce que sus padres han sido demasiado protectores con ellos, especialmente en el caso de las chicas (62% frente al 50% de los chicos).

Los y las jóvenes de clase alta/media alta son los que, en menor medida, se han sentido sobreprotegidos por su familia y los que, en mayor grado, consideran que sus padres han contribuido al desarrollo de una autoestima fuerte.

Crisis económicas, sociales y sanitarias

Por contraste, el 59% afirma que sus padres han contribuido a que desarrollen una autoestima fuerte, resultado que entra en contradicción con su autoidentificación (personal y generacional) con la “baja autoestima o inseguridad en relación con las capacidades personales”.

Por su parte, el 75% opina que las crisis económicas, sanitarias y sociales dificultan más las posibilidades de elección de los jóvenes que de las de generaciones más adultas, sentimiento que está especialmente presente entre los mayores de 21 años.

Tres de cada cuatro jóvenes afirman que vivimos en sociedades en las que todo el mundo espera que le digan qué hacer y cómo hacerlo y la mitad evita tomar decisiones por miedo a equivocarse.

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