“Hay cuestiones que no son negociables”. Esta es la frase que resume el encuentro celebrado esta mañana en el Instituto Augustinianum de Roma entre los 62 obispos alemanes y el Vaticano. La Santa Sede y la Conferencia Episcopal Alemana han pactado un comunicado conjunto para poner fin a la visita ‘ad limina’ del Episcopado germano, que ha estado centrada, como no podía ser de otra manera, por las dudas que genera en la Curia el Camino Sinodal.
- PODCAST: Un Mundial sin Qatar-sis evangélica
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
El encuentro ha estado presidido por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, al que han acompañado en la mesa el cardenal Luis F. Ladaria, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, y el cardenal Marc Ouellet, prefecto del Dicasterio para los Obispos. También ha estado el cardenal Michael Czerny, SJ, prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. La sonada ausencia ha sido la del papa Francisco, que estaba previsto que asistiera.
Parolin ha sido el primero en tomar la palabra en esta suerte de reflexión conjunta. Así, comenzó su alocución recordando la importancia “del vínculo de comunión y amor que une a los obispos entre sí y con el Sucesor de Pedro”. Al mismo tiempo, subrayó la necesidad “del encuentro como momento de compartir y de gracia, de unidad en las diferencias”, para luego advertir del riesgo de “reformas de la Iglesia y no en la Iglesia”.
El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Batzing, ofreció una lectura de los trabajos del Camino Sinodal y destacó su espíritu, “basado en la escucha del Pueblo de Dios”, tal y como recoge el comunicado. El arzobispo de Limburgo también enumeró los temas tratados en las asambleas, entre ellos, los relativos a la moral sexual y a los ministerios ordenados, que son los que generan más tensión.
¿Aplazar el Camino Sinodal Alemán?
Ladaria y Ouellet hablaron “con franqueza y claridad de las preocupaciones y reservas sobre la metodología, el contenido y las propuestas del Camino Sinodal, proponiendo, en beneficio de la unidad de la Iglesia y de su misión evangelizadora, que las peticiones surgidas hasta ahora se incluyan en el Sínodo de la Iglesia universal”, explican en el texto.
Tras esta introducción, diferentes miembros de la Curia y prelados alemanes mantuvieron casi cuatro horas de diálogo abierto. Según señalan en el texto pactado, “surgió la importancia y también la urgencia de definir y profundizar en algunas de las cuestiones destacadas, por ejemplo, las relativas a las estructuras de la Iglesia, el ministerio sagrado y el acceso a él, la antropología cristiana, etc.”.
Ambas partes señalan, aunque sin identificar de que lado viene, que se propuso aplazar el Camino Sinodal Alemán, una idea que “no encontró espacio”. Eso sí, todos llamaron a “fomentar una mayor reflexión y escucha mutua a la luz de los malentendidos que han surgido”.
Al terminar, Parolin “expresó su agradecimiento por el debate, que no fue formal, sino necesario y constructivo, y que no se puede obviar en los caminos que se están recorriendo”. De esta manera, acordaron continuar el diálogo en los próximos meses para “contribuir al enriquecimiento del Camino Sinodal Alemán y del Sínodo de la Sinodalidad”.