Vaticano

El Papa propone a la Iglesia asiria celebrar la Pascua el mismo día

  • “Decidan ustedes la fecha y nosotros aceptamos”, ha dicho Francisco al Patriarca con la vista puesta en 2025
  • En un clima fraterno, el Papa ha concluido el encuentro con una broma antes de partir hacia Asti: “¡No quiero que la gente diga que este Papa es un poco tacaño y no nos invita a almorzar!”





Antes de partir hacia Asti este sábado, el papa Francisco ha recibido en el Vaticano al patriarca católico de la Iglesia asiria de Oriente, Mar Awa III, en la que es su primera visita a Roma desde su nombramiento. “Roma, sin embargo, no es ajena a Vuestra Santidad”, ha dicho el Papa, ya que “en este lugar vivió y estudió y quisiera decirle, parafraseando al Apóstol Pablo, que aquí no es usted extranjero ni huésped, sino conciudadano”.



Durante su discurso, el Papa ha mostrado su predisposición a continuar estrechando lazos entre la Iglesia asiria y la Iglesia de Roma. “Le doy gracias por los lazos forjados entre nuestras Iglesias en las últimas décadas, empezando por las numerosas visitas a Roma de Su Santidad Mar Dinkha IV”, ha dicho Francisco. Asimismo, ha recordado el “cálido abrazo” entre ambos en Erbil, durante su viaje a Irak. “Ese día muchos creyentes, que habían experimentado inmensos sufrimientos por el mero hecho de ser cristianos, nos rodearon con su calor y su alegría. ¡El pueblo santo de Dios parecía estar alentándonos en el camino hacia una mayor unidad!”, ha afirmado.

Asimismo, y continuando con el reconocimiento del enorme sufrimiento de los cristianos en Oriente Medio, el Papa ha señalado que la Iglesia asiria comparte con la caldea “una luminosa historia de fe y misión, la vida ejemplar de grandes santos, un rico patrimonio teológico y litúrgico y, especialmente en los últimos años, inmensos sufrimientos y el testimonio de muchos mártires”. “Desgraciadamente Oriente Medio sigue herido por tanta violencia, inestabilidad e inseguridad, y muchos de nuestros hermanos y hermanas en la fe han tenido que dejar sus tierras”, ha apostillado Francisco.

Comunión plena

“Muchos luchan por quedarse allí y renuevo con Su Santidad el llamamiento para que disfruten de sus derechos, en particular la libertad religiosa y la ciudadanía plena”, ha dicho. “En este contexto, el clero y los fieles de nuestras Iglesias están tratando de ofrecer un testimonio común del Evangelio de Cristo en condiciones difíciles y viven ya en una comunión casi plena en muchos lugares”, ha señalado. “En el mismo altar, como cumplimiento de la unidad de nuestras Iglesias, unidad que no es absorción ni fusión, sino comunión fraterna en la verdad y el amor”.

En este sentido, Francisco ha recordado que el camino de la sinodalidad en la Iglesia católica “es y debe ser ecuménico”. “Espero que podamos continuar nuestro sínodo de forma cada vez más fraternal y, concretamente, nuestro encontrarnos en un camino común, compartir esperanzas y esfuerzos y sobre todo, como en esta mañana, oración y alabanza al Señor”.

En este sentido, el Papa ha agradecido a Su Santidad que haya “dado voz al deseo de encontrar una fecha común para que los cristianos celebremos juntos la Pascua”. Y, por ello, ha reiterado las palabras de Pablo VI: “estamos dispuestos a aceptar cualquier propuesta que se haga juntos”. “2025 es un año importante: celebraremos el aniversario del primer Concilio Ecuménico (Nicea), pero también es importante porque celebraremos la Pascua en la misma fecha”, ha dicho el Papa. “Por tanto, tengamos el coraje de poner fin a una división que a veces nos hace reír: ‘¿Cuándo resucitará tu Cristo?'”.

“La primera que se resuelva”

“Seamos valientes y busquemos juntos: la Iglesia católica está dispuesta a seguir lo que dijo Pablo VI. Acepta e iremos donde tú digas. Incluso me atrevo a expresar un sueño: que la separación con la amada Iglesia asiria de Oriente, la primera que perdura en la historia de la Iglesia, sea también, Dios mediante, la primera que se resuelva”, ha dicho el Papa.

Francisco ha acabado su discurso entregando al patriarca una reliquia de santo Tomás para que sea colocada en la nueva catedral de la Iglesia Asiria de Oriente que se está construyendo en Erbil. “Santo Tomás, que tocó con la mano las llagas del Señor, acelera la curación completa de nuestras heridas pasadas, para que pronto podamos reconocer al Crucificado y Resucitado en torno a un único altar eucarístico y decirle juntos: “Señor mío y ¡Dios mío!”.

Finalmente, el Papa ha concluido el encuentro bromeando: “Me gustaría decir una palabra más. Me hubiera gustado compartir el almuerzo contigo, para concluir bien pero tengo que irme. ¡Por favor, discúlpame! ¡No quiero que la gente diga que este Papa es un poco tacaño y no nos invita a almorzar! Me encantaría compartir la mesa, pero no habrá otra oportunidad”.

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