El nuncio en España, Bernardito Auza, aplaudió hoy el trabajo que la Iglesia española está realizando en su lucha contra la lacra de los abusos en la Iglesia. Así, elogió el protocolo marco de protección y prevención que presentó como “una norma renovada y vigente”, así como la puesta en marcha de las oficinas diocesanas y el trabajo de las congregaciones religiosas.
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El diplomático filipino participó, como es habitual, en la sesión de apertura de la Asamblea Plenaria de los obispos españoles que se extenderá hasta el viernes y que escogerá al nuevo secretario general para los próximos cinco años. “A la familia se le debe el pleno apoyo social y de la sociedad”, defendió Auza en una intervención en la que invitó a los obispos apostar por “el valor inalienable de la dignidad humana” en el contexto del invierno demográfico. “Nunca está de más insistir en la familia”, añadió.
El problema del suicidio
Así, les animó a promover las “responsabilidades y derechos individuales y sociales” de los españoles, con la defensa de la vida, de la familia y de los derechos de los migrantes como referente. Ahondando en los principales problemas sociales, se detuvo en el suicidio como la principal causa de muerte no natural en España. “El suicidio no es solo una tragedia del individuo, de la familia o de los amigos, sino de la Iglesia y de la sociedad”, añadió.
El nuncio tampoco pasó por alto la auditoría externa encargada por el papa Francisco al Dicasterio para el Clero con el fin de analizar la realidad de los seminarios españoles. Auza recibió de boca del presidente del Episcopado, el cardenal Juan José Omella, las condolencias por el reciente fallecimiento de su padre de todos los pastores españoles.