El arzobispo Rogelio Cabrera pidió a los fieles hacer lo que esté en sus manos para erradicar la drogadicción, y llamó a las autoridades e evitar la venta de estupefacientes
La noche del 18 de noviembre se incendió la parroquia Santa Isabel, en el municipio de Guadalupe, en el territorio de la arquidiócesis de Monterrey. El incidente dejó como saldo un cristo y una alfombra quemada, daños en el presbiterio, así como otros objetos materiales; el hecho violento habría sido perpetrado por un joven que actuó bajo el efecto de las drogas, mismo que iba acompañado de otras personas.
A ese respecto, el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera, se pronunció en su mensaje dominical: “esto es a causa de las drogas, por eso quiero decirles a todos que las drogas no es sólo un asunto de salud, sino también un asunto de paz y de tranquilidad, es un asunto de seguridad”.
El arzobispo hizo un llamado a los fieles para que hagan todo lo que está de su parte para no consumir drogas, así como a las autoridades para que sigan cuidando que no haya distribución, ni venta de drogas “porque el caminar de la sociedad se irá complicando en la medida que haya más drogas. Quiénes se drogan no sólo se dañan a sí mismos, sino también se convierten en un problema de seguridad”.
Por su parte, la comunidad de Santa Isabel compartió una cuenta bancaria, en la que se pueden realizar donativos para la reconstrucción del templo, pues los daños rebasarían los 500 mil pesos. Las transferencias se pueden hacer al número de cuenta: 0227076459; Banco Banorte; clave: 072580002270764596 a nombre de la Parroquia Santa Isabel en Guadalupe A.R.
Por otro lado, el arzobispo de Monterrey recordó que este 20 de noviembre, con la celebración solemne de Cristo Rey, “culminamos un año de celebraciones litúrgicas dentro de la Iglesia católica; esta fiesta es la oportunidad ideal para agradecer las bendiciones que a lo largo del año hemos recibido”.
Asimismo, consideró que “celebrar hoy el reinado de Cristo es celebrar que Él es el centro, el corazón de toda la vida de la Iglesia y del mundo; se trata de reconocer de una forma sencilla y profunda, que solo en Cristo la historia de la humanidad adquiere sentido, que el hombre y la mujer tienen esperanza en la vida nueva que nos entrega”.
Para el arzobispo, la mejor manera de celebrar “este reinado, es seguir siendo partícipes en su construcción aquí en la tierra, dándonos de corazón a los hermanos y promoviendo y viviendo la paz… Celebremos de corazón el ser parte de este Reino de Cristo”.