En una carta dirigida a la Asociación Madres de Plaza de Mayo, el papa Francisco expresó su cercanía ante el fallecimiento de su presidenta: “En este momento de dolor por la muerte de Hebe de Bonafini, madre de la plaza, quiero estar cerca de ustedes y de todas las personas que lloran su partida”.
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La Sra. de Bonafini falleció este domingo en la ciudad de La Plata, a los 93 años. Fue la líder, conocida internacionalmente por su lucha en favor de los desaparecidos en plena época de gobierno de facto. Desde aquella época, en 1979, cada jueves las Madres giran en torno a la Plaza de Mayo, pidiendo por los hijos detenidos irregularmente. Asimismo, a las marchas se fueron muchos reclamos por los derechos humanos de sectores de mucha vulnerabilidad.
Esto fue reconocido por el Santo Padre quien su misiva acotó: “Supo transformar su vida, como ustedes, marcada por el dolor de sus hijos e hijas desaparecidos, en una búsqueda incansable por la defensa de los derechos de los más marginados e invisibilizados”.
Valentía y coraje
El Pontífice destacó la valentía y el coraje de Bonafini “en momentos donde imperaba el silencio, impulsó y después mantuvo viva la búsqueda por la verdad, la memoria y la justicia“. Justamente, sobre esa búsqueda enfatizó que “la llevó semanalmente a marchar para que el olvido no se apoderase de las calles y de la historia y, el compromiso con el otro, fuera la mejor palabra y antídoto contra las atrocidades que se padecieron”.
Finalmente, el papa Francisco expresó su acercamiento en esta última marcha con la oración y el pedido a Dios para que le regale el descanso eterno y no permita que se pierda todo el bien realizado; también para que el Señor conforte y acompañe el seguir de las “Madres de la Memoria”.
Por su parte, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) emitió un mensaje en el que aseguró la oración por el eterno descanso de la señora de Bonafini. “Pedimos al Señor el consuelo para su familia y amigos, haciendo llegar también nuestro sentido pésame a la Asociación Madres de Plaza de Mayo”, señalaron los obispos.
