Como ha confirmado en diferentes entrevistas e intervenciones, el papa Francisco sigue buscando soluciones para mejorar sus dolencias en la rodilla. Una enfermedad que le está obligando a acudir a audiencias y celebraciones en silla de ruedas y ayudarse de un bastón especial. Entre quienes se han puesto a disposición del pontífice está el Jefe de los Servicios Médicos del Atlético de Madrid, el doctor José María Villalón.
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Sin pasar por el quirófano
Dedicado a la traumatología y medicina deportiva ha desvelado en el programa ‘Tiempo de Juego’ de la Cadena Cope que “tanto desde la Conferencia Episcopal como de la Nunciatura del Vaticano en España, nos solicitaron a un grupo de especialistas si podíamos ayudar al Papa, por la situación que está atravesando”. “Le vemos en silla de ruedas, y a ver si podemos ayudarle para que tenga una mejora de su movilidad y frenar su proceso artrósico”, relató el médico.
El doctor explicó que el Papa sufre “un proceso artrósico que afecta a varias articulaciones: a veces se empieza por una articulación con artrosis y otras articulares se deterioran porque se cargan más de la cuenta”. Ante esta situación, declaró que “está buscándose que eso no avance y que la cosa vaya a mejor”, pero todo esto tiene que hacerse con una condición. Y es que Villalón apuntó que, aunque el pontífice es “un paciente muy majo”, es “muy tozudo en el sentido de que hay propuestas quirúrgicas que no quiere. Hay que ofrecerle tratamientos más conservadores para que esté de acuerdo”. Todo esto, Francisco ha señalado que está relacionado con el posoperatorio que sufrió en el verano de 2021 tras ser hospitalizado en el mes de julio.
Si bien, aladió el médico, Bergoglio destaca por su “gran personalidad, está muy bien, muy lúcido psicológicamente, es un hombre muy grato, afable simpático y le gusta el fútbol”. “Soy optimista, al Papa se le puede ayudar, él nos ayuda a nosotros en todo lo demás, pero vamos a poder al menos asesorar a los médicos que estamos en el día a día con él”, declaró el facultativo que espera “tener que volver [al Vaticano] porque la primera visita fue una toma de contacto”.
