La Permanente compone una terna que se votará mañana conformada por los obispos auxiliares de Toledo y Valencia, César García Magán y Arturo Ros, junto al vicesecretario económico, Fernando Giménez Barriocanal
Ya hay terna de los obispos para elegir al que será el próximo secretario general de la Conferencia Episcopal Española. Con una media hora de retraso sobre el horario previsto para anunciar a los ‘aspirantes’, se confirmaba que entre ellos se encontraba el que a priori contaría hoy por hoy con un respaldo significativo: el obispo auxiliar de Toledo, César García Magán. Junto a él, se incluyen otros nombres: el auxiliar de Valencia, Arturo Pablo Ros, y el laico Fernando Giménez Barriocanal.
Los tres candidatos han contado con el visto bueno de la Comisión Permanente, el órgano colegiado encargado de hacer una primera criba del que forman casi una treintena de pastores de los 78 con derecho a voto. A primera hora de mañana miércoles está previsto que tenga lugar la votación que, por primera vez, será telemática por lo que la incógnita de quién será el nuevo secretario de los obispos podría resolverse fácilmente en torno a las diez y media de la mañana.
Diplomático en fondo y forma, García Magán representa un puente con el Gobierno a la hora de dialogar de forma directa y sin intermediarios, por su amistad con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. Cuenta con el favor de su arzobispo metropolitano, Francisco Cerro, para compatibilizar su coordinación de la diócesis primada de España con las labores de gestión e institucionales de Añastro. Además, desde Roma verían con buenos ojos su nombramiento, conocedores de su trayectoria tanto en la Secretaría de Estado como en diferentes países africanos.
Conocedor del funcionamiento de la Conferencia Episcopal como pocos, Fernando Giménez Barriocanal es un laico perteneciente al Camino Neocatecumenal y actual vicesecretario para Asuntos Económicos de los obispos. Eso no solo le ha permitido saber al detalle las fortalezas y debilidades de las cuentas eclesiásticas y del cepillo de cada una de las diócesis, sino abordar a fondo otras problemáticas pastorales. Además, ya es hoy por hoy un negociador ante el Gobierno de coalición en las diferentes comisiones abiertas con Moncloa. A esto se uno su labor de mediación con empresarios y otras instituciones públicas y privadas a través de Ábside Media. Hay quien vio su cese voluntario como presidente del grupo mediático de la Iglesia que incluye a Cope, Trece y Ecclesia como un paso previo para ser secretario general.
Completa el trío Arturo Ros, el obispo auxiliar de Valencia. Su entrega durante estos últimos años como apoyo indispensable para el ya cardenal emérito Antonio Cañizares podría verse recompensado en breve con el pastoreo de una diócesis catalana que se vería frenado en caso de que mañana le escogieran como secretario general. Actualmente está capitaneando la transición para el nuevo arzobispo de la capital del Turia, Enrique Benavent.