El macro juicio por malversación de fondos en el Vaticano continúa su curso. En este contexto, ha aparecido “un hecho inquietante”, según el fiscal de la Santa Sede, Alessandro Diddi: la grabación de una llamada telefónica entre el cardenal Angelo Becciu y el Papa –sin su consentimiento– fechada el 24 de julio de 2021, tres días antes de la apertura del juicio y diez días después de la operación de colón de Francisco.
Según informa EFE, la conversación solo pudo ser escuchada por los jueces y abogados de las partes –se obligó a los medios a salir de la sala–, pues se debe aún verificar como prueba, pero Diddi afirmó que se escucha a Becciu decirle a Jorge Mario Bergoglio: “Usted ya me ha condenado, es inútil que se haga el proceso”.
Después, el purpurado italiano, al que no pocos consideraban como ‘papable’, pedía al Pontífice que dijera que le había autorizado a hacer pagos de varios cientos de miles de euros a una empresa intermediadora en Londres para la liberación de misioneros secuestrados en África.
La noticia se conoce el mismo día que la justicia italiana sentencia que la investigación periodística de L’Espresso sobre el cardenal no le difamaba ni le denigraba. El purpurado reclamaba 10 millones de euros al medio, pero la realidad es que la condena le ha rebotado, pues deberá pagar 40.000 euros de costas judiciales.
Por otro lado, tal y como confirmó ayer el fiscal, el cardenal Becciu es investigado también, junto a otras tres personas, por asociación ilícita. Para ello, el Vaticano, como Estado independiente, emitió una rogatoria para que el Tribunal de la ciudad italiana de Sassari facilitara documentación sobre una investigación de la Cooperativa Spes de Ozieri, dirigida por Antonino Becciu, hermano del purpurado.
Los abogados del cardenal, Fabio Viglione y Maria Concetta Marzo, han asegurado en un comunicado que no saben nada sobre esta investigación paralela. No obstante, entre la documentación recibida por el Vaticano hay anotaciones de la policía fiscal de la ciudad Oristano y una serie de conversaciones por chat sacadas de los teléfonos de una sobrina de Becciu, Maria Luisa Zambrano, y el hermano de este.
Becciu está siendo juzgado en el Vaticano por las irregularidades en la gestión de los fondos de la secretaria de Estado, de la que fue número dos entre 2011 y 2018, como el caso de la compraventa, que terminó en estafa, de un edificio en el centro de Londres.
También están imputados Cecilia Marogna, a quien Becciu contrató como una especie de asesora de asuntos diplomáticos; el bróker Gianluigi Torzi; Enrico Crasso, financiero de referencia de la Secretaría de Estado, así como el expresidente y el exdirector de la Autoridad de Información Financiera (AIF), René Brülhart y Tommaso Di Ruzza, respectivamente; también Mauro Carlino, exsecretario de Becciu; el banquero Raffaele Mincione; el abogado Nicola Squillace; y el funcionario de la Santa Sede Fabrizio Tirabassi.