El arzobispo coadjutor de Granada agradece la labor de los centros educativos de inspiración cristiana y los invita a crecer en comunión y misión
Este sábado, 26 de noviembre, se ha clausurado en Granada el 16º Congreso “Inspiradores de Encuentros” organizado por Escuelas Católicas. Una cita que comenzaba el pasado jueves y que ha reunido a cerca de 2.000 educadores, directores, titulares y miembros de la escuela católica.
Para la presidenta de Escuelas Católicas, Ana María Sánchez, de estos día sale renovado el empeño por fomentar el encuentro “con nosotros mismos, con compañeros, familias, alumnos, y distintas instituciones”, porque “en el momento actual la educación, el mundo y la Iglesia demanda que nos encontremos, dialoguemos, creemos opinión”. Pedro Huerta, secretario general de la entidad, animó a “llevar lo que hemos vivido a nuestras comunidades educativas, y no tener miedo a respirar, a ser abiertos para encontrarnos con el otro”.
En esta última jornada también participó José María Gil Tamayo, arzobispo coadjutor de Granada, que presidió la eucaristía. El prelado agradeció la labor de los educadores de la escuela de inspiración católica y fijó en el horizonte de los participantes tres claves: la participación, la comunión y la misión para fortalecer la identidad de este compromiso de la Iglesia.
Por el auditorio pasaron en esta última jornada la psicoterapeuta Isabel Rojas que animó a los educadores a ser “profesores vitamina” que “irradian felicidad” a sus alumnos; el consultor organizacional Xavier Marcet pidió a los directivos “romper moldes” y desarrollar la “capacidad de evolucionar junto a aquellos con los que quieres servir caminando medio paso por delante” sin perder la visión humanista; el maestro y bloquero Manu Velasco; el compositor (y maestro) Jorge Ruiz de Maldita Nerea; y Victoria Zapico, exalumna y estudiante de Magisterio que escenificaron entre los tres la fuerza del encuentro.