La presidenta de la Comunidad de Madrid propone un “pacto por la Navidad” al inaugurar el nacimiento de la Puerta del Sol
“En este precioso Belén que tengo aquí detrás, y en los que se ponen en las casas, colegios, y parroquias, se encuentra este umbral de la esperanza que se nos invita a cruzar. La esperanza que, pase lo que pase no podemos perder, como tampoco la alegría”. En estos términos ha querido pronunciarse la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la inauguración del belén instalado en la sede de la presidencia en la Puerta del Sol. Una cita que va convirtiéndose en una tradición y que la política acostumbra para destacar el sentido religioso de estas fiestas.
En su intervención la presidenta ha destacado que el Evangelio “es parte de la herencia de todos”. Por ello denunció que “no es justo arrancar a los hombres de su Historia, ni de su tradición, ni de su dimensión trascendente, que buscará o no cada uno en libertad y en paz”. En este sentido, Díaz Ayuso ha recordado a los ciudadanos de Ucrania, afectados por la guerra, a las personas que sufren y que se encuentran solas, así como a todos los profesionales, como sanitarios, policías, guardias civiles o bomberos, que ayudan durante estas fechas y que “dejan en evidencia las actitudes meramente utilitaristas, que hacen que nada quede en el corazón, que lo más importante nos deje insensibles, indiferentes”.
“Adviento significa venida, y con la emoción que produce siempre la anticipación por la llegada de alguien querido, preparamos la celebración de la Pascua de Navidad, del paso de Dios por la tierra que nace y se hace hombre… muere y resucita y lleva la salvación a todos los hombres”, comenzaba la presidenta. Además, destacó que “si con la Epifanía, con la popular fiesta de los Reyes Magos, el cristianismo se hace católico, esto es, universal, y el hombre celebra por primera vez que Dios llega a todos los pueblos y razas, con el propio Cristo con su encarnación como hombre Dios mismo se incorpora a la historia humana”, “así la dignidad del ser humano la colocaba en lo más alto”. Y es que la vida humana, recalcó, es algo “precioso e insustituible” y que “nadie está de más en este mundo y ninguna vida vale menos ni merece menos ser vivida”.
Para ella, el mensaje navideño “se tenga o no fe, es el que impregna nuestra forma de vida: la caridad, la piedad, el perdón, la tolerancia, el cuidado a los enfermos, la ayuda a los vulnerables, el respeto a la vida humana, la dignidad de la mujer, la satisfacción de compartir y de hacer el bien…”. “Cada año frente al Belén digo unas palabras sobre la Navidad, poque todos los años celebramos algo que es mucho más importante que las vacaciones, los regalos, las luces… corremos el riesgo de perder el sentido de quiénes somos y de dónde venimos”, advirtió.
“La propia Historia de España, desde la Hispania romana, y desde la misma Monarquía de los Visigodos, no se explica sin su raíz cristiana”, subrayó. Y por ello siguió destacando que “el Evangelio es parte de la historia de todos por eso propongo un pacto por la Navidad, recuperar la cultura religiosa que es inseparable de la cultura con mayúscula de la que venimos, y que necesitamos para saber adónde ir”.
El Belén, que cumple 20 años en la Puerta del Sol, está construido sobre una estructura de 155 metros cuadrados donde se edifican paisajes y ciudades inspirados en los hechos recogidos en el Evangelio. En total, 40 voluntarios de la Asociación Belenistas de Madrid han trabajado a lo largo de nueve meses en este proyecto. Este montaje consta de 310 figuras de reconocidos artistas como Mayo, Olot y Castells. También se ha incluido un san Isidro Labrador, que cuenta con un emplazamiento destacado en conmemoración del 400º aniversario de su canonización y con motivo de que la Santa Sede ha concedido al 2022, Año Santo de San Isidro.