El papa Francisco ha recibido hoy en audiencia, en el Palacio Apostólico del Vaticano, a los miembros del Foro de Asociaciones Familiares, ha quienes ha agradecido su presencia y ha recordado que “la alegría de ser una familia no significa que todo vaya bien, que no haya problemas”.
- PODCAST: Escuelas católicas que se encuentran
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
“Todos sabemos que la vida familiar se compone de momentos felices y otros dolorosos, de periodos más serenos y otros más difíciles, a veces duros”, ha dicho el Papa, “pero hay una alegría que puede atravesar todas estas situaciones, porque está a un nivel más profundo, y eso viene precisamente de ser familia, percibida como un don, con un sentimiento íntimo de gratitud”.
Ese agradecimiento “va en primer lugar a Dios, luego a nuestros antepasados, bisabuelos, abuelos, padres; y también a los niños y a los nietos, claro, porque los pequeños regeneran ‘Amoris laetitia’ en los ancianos y en los adultos”, a lo que ha añadido también que “¡necesitamos niños!”
Familias abiertas
Por otro lado, Francisco ha animado a los presentes a continuar estimulando “una buena política familiar” no desde “una ideología particular”, sino desde la base “de la doctrina y la práctica social de la Iglesia”. Para lo cual es también importante “dialogar con todas las instituciones responsables de las políticas familiares, no para servir los intereses de una parte, de una categoría, sino buscando el bien común”.
“Una familia cristiana nunca puede encerrarse en su propio caparazón”, ha dicho el Papa. “La familia cristiana -pero yo diría toda familia fundada en el amor- está abierta y atenta a lo que sucede fuera del hogar, trata de ser acogedora y solidaria, desde las situaciones del barrio, condominio, vecindad, hasta las más amplias sociedad, así como de otros países y otros continentes”, porque “la familia está llamada a ser factor de fraternidad y amistad social, arraigada en un territorio y a la vez abierta al mundo”.
