Francisco se sirvió una vez más hoy del rezo del ángelus para exigir el fin de la guerra de Ucrania. “Con la ayuda de Dios, la paz es posible; el desarme es posible”, expuso el Papa en el marco de la festividad de la Inmaculada.
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En esta misma línea, animó a cuantos le escuchaban a mirar a la Virgen, “a cuya intercesión encomendamos el deseo universal de paz, especialmente para la atormentada Ucrania, que tanto sufre.
Llena de gracia
Al acercarse a María como “la llena de gracia”, el pontífice argentino apuntó que “hablamos mucho del pecado original, pero también hemos recibido una gracia original, de la que, sin embargo, muchas veces no somos conscientes”.
“Cuando las cosas van mal y nos desanimamos, cuando nos desanimamos y corremos el riesgo de sentirnos inútiles o equivocados, pensemos en esto, en la gracia original”, apeló a los peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro a quienes animo a celebrar la fecha de su bautismo.
Por ello, presentó a todos a la madre de Jesús como aquella que “nos ayuda a guardar nuestra belleza del mal”.