Arturo Sosa rompe su silencio para defender las medidas ante la investigación por abusos sobre el jesuita esloveno conocido por sus mosaicos: “No ocultamos nada”
El prepósito general de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa, ha roto su silencio sobre el caso abierto del genio de los mosaicos Marko Rupnik. “No ocultamos nada”, asegura el religioso sobre las acusaciones de abusos de poder y sexuales a religiosas en los años 90 que han trascendido en estos días contra el jesuita esloveno conocido por su faceta como artista.
En una entrevista con el corresponsal de Vida Nueva en Portugal, António Marujo, Sosa detalla que “las medidas cautelares se han mantenido porque queremos ir más allá en el tema, ver cómo se ayuda a todos los involucrados.”. Publicada en el portal digital ‘7Margens’, el superior general de los jesuitas subraya, como han hecho anteriormente, que “no hay menores de edad involucrados. En otras palabras, estos son problemas entre adultos”.
“No recibimos la denuncia directamente, sino de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la solicitud de realizar una investigación porque habían recibido la denuncia”, añade el sacerdote venezolano, que ha cerrado en Lisboa una vista a las comunidades y obras de la compañía en todo el país. En este sentido, enfatiza cómo “precisamente para no ocultarlo y hacerlo de la forma más transparente posible, buscamos investigadores que no fueran de la Compañía de Jesús”.
Tal y como ya expresaron en un comunicado en días anteriores, Sosa explicó que durante la investigación se adoptaron medidas cautelares contra Rupnik como la prohibición de confesar, dirigir ejercicios espirituales, llevar una dirección espiritual, hacer declaraciones públicas, enseñar o capitanear otra actividad que tuviera que ser autorizada por su superior local.
Y aunque posteriormente el Vaticano determinó que “estaba prescrito”, Sosa subraya en la entrevista que estas sanciones preventivas siguen vigentes. Así lo especifica al ser preguntado por un retiro programado en Loreto y en el que aparece como animador. “No creo que esté previsto, pero no debería hacerlo. No está detenido, ni ninguna de las medidas afecta a su obra. Tiene compromisos artísticos muy importantes. Puede celebrar la Eucaristía, lo que tiene prohibido es guiar ejercicios espirituales o confesarse. Esas son las medidas, porque tiene que ser proporcional a los hechos”, detalla Sosa, que especifica que “sigue teniendo la misma movilidad que cualquiera de nosotros, por motivos de trabajo. No está limitado por este tipo de medidas. Aquellas a las que estaba sujeto las ha cumplido”.
Sobre la ausencia de referencia a las víctimas en este comunicado, el prepósito general explica que” no hay ningún proceso que diga que hay una víctima aquí y una víctima allá”. “No hay calificación de víctimas, hay sospecha de hechos que traspasaron los límites de lo que se hace entre adultos”, añade.
“Para la Compañía de Jesús cualquier caso como este es muy doloroso”, apunta Sosa, que a renglón seguido defiende que “no tenemos que publicar todos los casos”. “Una de las cosas a las que todos tenemos derecho como personas es cierta cantidad de privacidad: tienes que hacer declaraciones públicas cuando es público; cuando no es público, no hay nada que hacer al respecto y eso no significa ocultarlo”, relata el superior general.