Essen y Rottenburg-Stuttgart han reformado su normativa por la falta de sacerdotes y para visibilizar la igualdad entre hombres y mujeres
Carolin Winkler se mostró “gratamente sorprendida” al saber que sería una mujer quien bautizaría a su hija Mara, de cinco meses. La celebración tuvo lugar el domingo 4 de diciembre en la iglesia de Santa Edwige de la diócesis de Essen, en la cuenca del Ruhr. “No tenía ninguna expectativa particular de antemano, pero el hecho de que un laico, y especialmente una mujer, pudiera bautizar a mi hija entusiasmó a toda mi familia”, dice la joven madre.
La laica en cuestión es Elvira Neumann, animadora parroquial, acompañante durante el duelo y, desde el verano, miembro de un equipo de tres laicos que, junto con un sacerdote, se encargan de dirigir la parroquia. Licenciada en Teología, Elvira Neumann también forma parte del grupo de 18 personas –17 de ellas mujeres– autorizadas desde marzo por el obispo de Essen, Franz-Josef Overbeck, a celebrar bautizos. “Antes me ocupaba de la preparación con las familias, pero tenía que dejar la celebración propiamente dicha al diácono o al sacerdote”, dice. “Ahora acompaño a las familias hasta el final. Es un sentimiento muy fuerte y un verdadero honor”.
En la práctica, Elvira Neumann no puede bautizar a mayores de 14 años, ni realizar la unción con el crisma o el rito optativo del Effetá, en el que el celebrante toca con el dedo los oídos y la boca del catecúmeno, diciendo: “Effetá, ábrete, para que proclames con tu boca la fe que has recibido escuchando”. También hay que señalar una diferencia en la vestimenta respecto a la del sacerdote o diácono.
La práctica ya está permitida en Suiza, pero la diócesis de Essen es la primera en Alemania en designar oficialmente a laicos para realizar bautismos. El derecho canónico lo permite en situaciones de emergencia. El obispo de Essen, Franz-Josef Overbeck, ha decidido situar bajo este concepto la falta estructural de sacerdotes. “Estamos reaccionando ante una situación pastoral difícil”, explicó en marzo.
A raíz de esto, la diócesis de Rottenburg-Stuttgart también ha anunciado que hará lo mismo. Desde noviembre, los candidatos pueden darse a conocer y seguir un curso de formación que les permitirá celebrar bautizos a partir de otoño de 2023. Los responsables religiosos justifican su decisión por su conformidad con el derecho canónico y la instrucción sobre la conversión pastoral de las parroquias publicada en 2020 por Roma, que ve en la falta de sacerdotes una justificación para autorizar el envío de laicos.
Pero la diócesis también se remite a las recomendaciones del actual camino sinodal alemán para reforzar la Iglesia y buscar la “justicia de género”. “La motivación del obispo es hacer todo lo posible por promover la justicia de género en la Iglesia”, comentó su auxiliar, el obispo Matthäus Karrer, en un comunicado. Confirma que esta reforma no habría tenido lugar sin la “presión desde abajo” y sin la creación de un foro de mujeres en el consejo diocesano. Otras diócesis conocidas por sus tendencias reformistas podrían seguir su ejemplo, como Aquisgrán.
Sin embargo, estos avances suscitan debate entre los teólogos. Por ejemplo, el sacerdote austriaco Joachim Heimerl, muy crítico con el enfoque sinodal alemán, no ve en estas reformas una forma de “asegurar la administración de los sacramentos”, sino “una politización y secularización de la Iglesia”. “Esto significa que los sacerdotes y diáconos ya casi no bautizarán. El bautismo por un laico –hasta ahora solo permitido en casos de emergencia– se convierte en la norma. Los laicos se apoderarán de él y lo defenderán contra el clero”, teme. También circula el temor a un bautismo a dos velocidades, entre una “ceremonia de verdad” celebrada por sacerdotes… y otra “de segunda”.
El teólogo Michael Seewald, profesor de teología dogmática en la Universidad de Münster y autor de ‘El dogma en evolución’, también se muestra crítico, pues cree que la urgencia vinculada a la escasez de sacerdotes es “más bien relativa y ficticia”. “Las parroquias pueden alegrarse de celebrar bautizos y nunca les faltarán sacerdotes para ello”, afirma. En su opinión, esta reforma es más bien “un símbolo político que no es más que un premio de consolación y un placebo para las mujeres que no pueden ser ordenadas sacerdotes”. “Al mismo tiempo, se margina al sacerdocio”, prosigue. “Esto es trágico porque demuestra su incapacidad para reformarse. Nadie sale ganando”.
El obispo de Osnabrück (Baja Sajonia, noroeste de Alemania), Franz-Josef Bode, quiere seguir los pasos de las diócesis de Essen y Rottenburg-Stuttgart. En una reunión de la que informó la agencia católica KNA, anunció que permitiría a los laicos bautizar. A partir de Semana Santa de 2023, se crearán cursos de formación. Se dirigen especialmente a mujeres muy implicadas en sus comunidades. Según el obispo de Osnabrück, los laicos podrían empezar a bautizar en 2025.