El papa Francisco envió un videomensaje a los fieles rosarinos que celebrarán el Año Mariano Arquidiocesano para agradecer la llegada y la presencia de la Virgen del Rosario desde hace 250 años.
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Recordó que esta imagen vino de Cádiz (España), se venera en la capilla edificada en los orígenes de la ciudad y le da nombre a la arquidiócesis. Cree que es una oportunidad para hacer memoria agradecida a la Patrona y Fundadora, y “para fortalecer las raíces cristianas, vivir apasionadamente el presente y mirar con esperanza el futuro”.
El Pontífice hizo mención al lema “Con María del Rosario, misionamos por la paz”, y aprovechó para exhortar a ser instrumentos de paz, llevar a Cristo que es “nuestra paz” a las familias, a los barrios, a la sociedad, y vivir en paz con uno mismo.
Estas palabras cobran valor por la situación de violencia que se vive hoy en la ciudad. Y el Papa no quiso estar ajeno a esta realidad. Advirtió que “en vez de estar en paz, vemos violencia por todos lados, violencia en la ciudad, inseguridad, y, en su mayoría, una violencia producida por el narcotráfico. En lo que vamos de 2022, llevamos 240 personas muertas por esta línea, con varias personas inocentes, niños, adultos y ancianos. La violencia es así”.
Al amparo maternal
Seguidamente, el papa Francisco aludió a quienes padecen la pobreza, la indigencia, la falta de trabajo, a quienes padecen las adicciones y las familias que sostienen estos padecimientos. A todos ellos, pidió poner bajo el amparo de María.
Asimismo, puso al cuidado de María las distintas vocaciones: al matrimonio, a la vida consagrada, al sacerdocio, a los llamados a consagrar la vida en algo, en una familia o en el servicio ministerial.
Pidió revalorizar el regalo de un Santuario Mariano en la arquidiócesis como la Iglesia Matriz, Catedral y Basílica en honor a Nuestra Señora del Rosario. A todas las parroquias, escuelas e instituciones los invitó a peregrinar a este Santuario para buscar la gracia, experimentar el amor maternal, la cercanía de Jesús y la misericordia de Dios, presente en el sacramento de la reconciliación y las indulgencias propias de este tiempo.
Finalmente, el papa Francisco alentó a vivir fervientemente este un año mariana en el que “la Iglesia sale al encuentro de todos, al encuentro con corazón y rostro misionero. “Que la Virgen los acompañe en este camino”, imploró.
