“Desde el punto de vista cristiano, esta labor que han emprendido se refleja en la parábola del Buen Samaritano. Cuando tantos otros han vuelto los ojos hacia otro lado, el Buen Samaritano también nos enseña a ir más allá de la emergencia y a preparar las condiciones para la vuelta a la normalidad”. Así lo ha expresado hoy el papa Francisco ante el Cuerpo de Bomberos de Italia.
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Según ha señalado el Pontífice, “el protagonista de esta parábola nos muestra la compasión y la ternura de Dios; nos dice que la fraternidad es la respuesta para construir una sociedad mejor, porque el desconocido que encuentro herido por el camino es mi hermano”.
“Y vosotros -ha proseguido-, el Cuerpo de Bomberos, representáis una de las expresiones más bellas de la larga tradición de solidaridad del pueblo italiano, enraizada en el altruismo evangélico. Les insto a valorar este patrimonio moral y cívico, cultivándolo ante todo en su estilo de vida personal”.
Una profesión misionera
Asimismo, ha continuado: “La suya es una de esas profesiones que tienen el carácter de una misión: una misión de servicio a las personas en momentos de necesidad, desde las pequeñas a las grandes emergencias que puedan producirse; una misión de servicio a la dignidad de las personas, que en la dificultad nunca deben ser abandonadas; una misión de servicio al bien común de la sociedad, que, especialmente en momentos de crisis, como el que vivimos actualmente, necesita fuerzas sanas y fiables, que trabajen tenazmente en la sombra”.
Como les ha recordado Jorge Mario Bergoglio, “Dios vino a salvarnos siendo como nosotros. Hizo lo que tú haces: vino a rescatarnos en peligro, a salvarnos, y lo hizo de la manera más radical, sabiendo que tenía que dar su vida para salvarnos. Es el Buen Samaritano de la humanidad”.