El cardenal Jean Claude Hollerich es una de esas miles de personas que, en toda Europa, han abierto las puertas de su casa para acoger a familias que huyen de la guerra en Ucrania. En su caso, una mujer con sus hijos. “Estoy encantado de pasar la Navidad con ellos”, ha asegurado el purpurado a Vatican News.
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Hollerich, que ha estado cinco años al frente de la COMECE –la Comisión que reúne a los episcopados de la UE–, ha hecho hoy balance de estos años, que han resultado particularmente difíciles para Europa, encadenando el Brexit a la pandemia y, ahora, la guerra.
Durante su visita al Vaticano, Hollerich se ha encontrado con el papa Francisco. “Es un Papa que ama a Europa, que aprecia la integración europea, que ve en Europa un factor de paz en el mundo y de moderación, también”, ha señalado el cardenal. “Por desgracia, ahora tenemos guerra en Europa y hemos hablado de Ucrania porque el corazón del Papa, y también nuestro corazón, está con el pueblo ucraniano que ha sido atacado y hay gente que muere cada día, gente que pasa frío, gente que no tiene nada que comer. Y eso duele”.
Llegar a la reconciliación con Rusia
Asimismo, ha subrayado que “como Iglesia nunca podemos contentarnos con esta guerra, siempre, siempre debemos tomar iniciativas por una tregua, por la paz”. Sin embargo, reconoce que “la Iglesia católica no pueda actuar sola”. “Por eso estamos en estrecho contacto con la Kek, que es la organización de las demás Iglesias de Europa, ortodoxas, protestantes, anglicanas”, ha apuntado. “Fuimos juntos a Polonia para ver la acogida de refugiados y trabajamos por una tregua, por la paz. Por supuesto que no somos diplomáticos y nuestras manos son pequeñas, pero hacemos todo lo que podemos, creo que se lo debemos a Dios y a la humanidad”.
Asimismo, Hollerich ha explicado que “hay que reconstruir el tejido social y también encontrar una reconciliación con Rusia, porque en Luxemburgo tenemos la experiencia de la Segunda Guerra Mundial, que fue una experiencia muy dolorosa, conocí a mucha gente que sentía odio hacia Alemania, ¡pero luego cambió! Ahora Alemania es un país amigo y los alemanes siempre son bienvenidos en el país, tenemos que llegar a lo mismo: a una reconciliación”.