En el último año, sor Lucía Caram ha dado una vuelta de tuerca a su labor con los más vulnerables. Cuando en febrero Vladímir Putin invadió Ucrania, la monja dominica reaccionó de inmediato para embarcarse en un proyecto solidario que, lejos de ser una ayuda puntual, se ha convertido en el corredor humanitario más grande de España llevado adelante por una entidad sin ánimo de lucro. Cada mes traen de media a seis heridos por la guerra y regresan a Ucrania otras seis personas sanadas.
- PODCAST: La credibilidad de Caritas Internationalis
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Así lo puso de manifiesto esta mañana, durante la presentación de la memoria de actividades de la Fundació del Convent de Santa Clara de Manresa que dirige. “Hay que mantener abiertos estos corredores humanitarios, traer heridos y poder curarlos, para dar una oportunidad a los niños y para llevar ayuda humanitaria”, denunció la religiosa que en este tiempo ha viajado hasta en 13 ocasiones a Ucrania, nueve con la Asociación de Voluntarios de Caixabank vinculada a su fundación y con Mensajeros de la Paz.
Dar oportunidades
Para la consagrada, “cuando has visto muertos, cuando visto jóvenes mutilados, te sientes interpelada para darles una oportunidad para salir adelante”. En esta misma línea, detalló que “por cada muerto que hay en la guerra de Ucrania hay dos personas mutiladas”. En un primer momento, la fundación participó de dos corredores con Open Arms que permitieron acoger a 90 personas. A partir de ahí, Sor Lucía, de la mano de los voluntarios de Caixabank, habilitaron 11 convoyes que trasladaron a 550 personas.
Este trabajo se traduce también en la entrega de 75 vehículos, fundamentalmente ambulancias, 100 equipos de reanimación con desfibriladores y mochilas de emergencia, dos tráileres de medicamentos… Eso sí, la monja alerta de cómo “cada ambulancia salva aproximadamente a cien personas, pero cada ambulancia tiene una vida de uno a treinta días, porque también son un objetivo militar”. El próximo 2 de enero tienen previsto enviar 6.000 nórdicos contra el frío, además de equipos de equipos de quirófano donados por el Hospital Clinic de Barcelona -4 equipos de anestesia, uno de artroscopia y dos lámparas de quirófano-.
Más allá de la guerra de Ucrania, la Fundació del Convent de Santa Clara de Manresa continúa con todos los programas de lucha contra la pobreza en nuestro país. Solo en lo que va de año, han atendido a 24.304 personas y 9.176 familias.