Este martes 20 de diciembre, el CD Diocesano, equipo cacereño de Segunda RFEF, juega contra el Getafe el partido más importante de su Historia. Y es que, tras eliminar hace un mes al Zaragoza, histórico del fútbol español que ahora está en la categoría de plata, se mide en ante un Primera en la segunda ronda de la Copa del Rey. Y lo hace en su casa, en el campo de Arroyo de la Luz.
De pasar y confirmarse como un matagigantes, ¿por qué no pensar, por ejemplo, en un cruce contra el Real Madrid, actual campeón de Europa, en el Santiago Bernabéu? Con ello sueña, entre muchos otros, Jaime Heras, coordinador de fútbol del club y entrenador de porteros del primer equipo.
Con la vista puesta en tan crucial partido, atiende en las horas previas a Vida Nueva y explica qué hay detrás del nombre del club, con evidentes resonancias eclesiales: “En 1965, el entonces obispo, Manuel Llopis Iborra, fundó el Colegio Diocesano, casi pegado al Seminario. De un modo paralelo al centro y yendo siempre de la mano, nació al poco el club, que, además del fútbol, apostó por secciones propias en fútbol sala, baloncesto y atletismo”.
Ahora, en una categoría semiprofesional, “el club mantiene una filosofía propia que le hace diferente a otros. A partir de unos valores cristianos inherentes a nuestra identidad, todo jugador que llega a jugar con nosotros capta desde el primer día que aquí somos un grupo de amigos, una gran familia. No solo se trata de dar unos horarios para entrenar o un material adecuado para ello, sino de tener un trato de cercanía en verdad especial”.
De un modo más explícito, esos valores espirituales se plasman con un ritual antes de cada partido: “En el vestuario, antes de salir a jugar, rezamos todos juntos un Padrenuestro y un Ave María. Es el capitán el encargado de dirigir la oración y todos le siguen”.
Algo que Jaime siempre ha visto con mucha naturalidad: “Yo entré en el colegio con 11 años y siempre he jugado al fútbol. Tanto en las clases como en los partidos, siempre hemos rezado antes. Llevo haciéndolo así hasta hoy, que tengo 32 años, y es algo que me ayuda, pues me hace tener al Señor presente”.
Aunque no cuentan con capellán, mantienen una estrecha relación con la diócesis y, cuando tienen cosas que celebrar, lo hacen con una ofrenda a la Virgen de la Montaña. Eso sí, Jaime prefiere no pedir nada antes de los partidos: “Como jugamos los domingos, voy a misa los sábados por la tarde. En la iglesia, o ya en el vestuario, cuando rezo lo hago simplemente para dar las gracias”. Y añade entre risas: “No pido que ganemos, aunque me tienta hacerlo, pues siempre pienso que en el otro equipo alguien pedirá lo mismo y Dios no tendrá más remedio que dejarlo en empate…”.
A unas horas del partido, el representante del CD Diocesano reconoce que, aunque quieran centrarse en la Liga (donde atraviesan una situación complicada), desde que hace un mes ganaran al Zaragoza y les tocara el Getafe en el sorteo, la ilusión está desatada en el club. Eso sí, tiene claro que, ganen o pierdan, darán “gracias”, se apoyarán entre sí como una gran familia… y rezarán.
Fotos: JIES.