La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) envió su mensaje de Navidad 2022 a través de un video, grabado por el secretario del organismo, el obispo Ramón Castro.
El también obispo de Cuernavaca, estado de Morelos, habla de la profundidad del misterio de la Navidad: “el niño de Belén nos habla de Dios de un modo nuevo; de un Dios cercano, del Emmanuel, del Dios con nosotros, un Dios que ha querido entrar en nuestra historia y que desea hacerse presente en la vida de cada uno para hacernos felices“.
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La razón de la fiesta de la Navidad y de la alegría de los encuentros familiares -explicó Castro- “tiene que ver sobre todo con lo que celebramos estos días; con el hecho histórico del Nacimiento de Jesús en el establo de Belén: Dios hecho hombre. Ese es el misterio que adoramos en la débil figura del Niño de Belén. Un Niño que nos viene a enseñar el camino de la paz, la justicia, el amor verdadero, el sentido de la vida, la misma razón de la muerte”.
De igual modo, el obispo Castro se refirió al significado de las palabras “Feliz Navidad”, en torno a las cuales dijo: “son dos palabras que surgen espontáneas en millones de labios en estos días en que los cristianos celebramos el gran misterio de la Navidad. Las repetimos, muchas ocasiones sin saber por qué; incluso las personas que no creen en el nacimiento del Hijo eterno de Dios en una Madre Virgen; así de profunda es la huella que este misterio ha dejado en toda la cultura humana”.
“Su realidad más íntima, su amor infinito”
Para el secretario general de la CEM, la Navidad ejerce una innegable fascinación sobre la mayoría de las personas: “ha sido cantada por miles de poetas a lo largo de la historia, que han hecho uso de las palabras más bellas para cantar este misterio; son también muy numerosos los cuadros o las estatuas de los mejores artistas que han querido plasmar en el lienzo, en el bronce, la madera, el mármol o el barro ese Nacimiento imaginando en sus cabezas qué es este misterio, incluso los mejores músicos han creado geniales composiciones para manifestar ese sublime misterio”
Por lo anterior, invitó a los fieles a acercarse a “este misterio santo. No contemplarlo desde lejos, sino, adentrarnos. A ‘entrar en él’. A descubrir todo su significado; no basta ver a Jesús como un personaje de gran talla espiritual o moral; alguien que ha dejado una profunda huella en la historia, un predicador de doctrina sublime, entregado totalmente a hacer el bien a sus hermanos”
Y es que -apuntó- es un Dios “que ha querido plantar su tienda, poner su casa, en medio de nosotros; Belén nos habla de un Dios que se preocupa de cada uno de nosotros, que actúa en nuestro mundo, que se alegra y sufre con nosotros, que nos acompaña, consuela, perdona y comprende”.
“Un Dios que es amor y al que no le cuesta compartir, más aún, un Dios que no puede vivir sin compartir, le interesa todo lo nuestro, no sabemos, pero percibimos que no puede ser diversamente porque de lo contrario no sería amor; un Dios que ha querido hacernos partícipes de su naturaleza divina, hijos suyos en Belén. En Belén resplandece el rostro más auténtico de Dios que nos descubre su realidad más íntima, su amor infinito; por eso ¡feliz celebración de la Navidad del Señor!”.