Desde que estallara el llamado “Caso Rupnik” sobre los abusos del conocido jesuita, muchas miradas se pusieron en el cardenal Angelo de Donatis, vicario del papa Francisco para la diócesis de Roma. Entre los colaboradores más cercanos al pontífice De Donatis ha apoyado especialmente la labor del conocido artista Marko Ivan Rupnik en los últimos años y por ello le encomendó la capilla del Seminario Romano Mayor. Tras tensas reuniones de los obispos auxiliares de Roma con su Vicario, ahora se ha roto el silencio, este 23 de diciembre, con un comunicado firmado por el cardenal.
Hasta llegar a esta declaración de Angelo de Donatis, el jesuita Daniele Libanori, uno de los investigadores de las denuncias en 2021, se mostró crítico con el silencio de la diócesis hasta en dos cartas escritas estas semanas a los sacerdotes de su zona (el sector centro de la Ciudad Eterna). Esto se interpretó desde el momento como una disensión de la postura oficial del superior diocesano ya que Libanori da credibilidad al testimonio de algunas religiosas contra Rupnik y por eso ha hecho un llamamiento a asumir responsabilidades como Iglesia.
Si embargo, la Diócesis de Roma, se afirma en el comunicado, respeta “las competencias y decisiones de los legítimos superiores” del jesuita y de las investigaciones que han desarrollado las últimas investigaciones a partir de las denuncias. El cardenal reconoce que Rupnik “ha mantenido hasta ahora una relación pastoral a varios niveles con la diócesis de Roma, pero no se encuentra en una posición de dependencia jerárquica del cardenal vicario a nivel disciplinario y posiblemente penal”.
De Donatis también apunta que el jesuita ha destacado por “su predicación de retiros y ejercicios, especialmente al clero romano, y su actividad artística, que entre otras cosas le llevó a decorar la capilla del Seminario Romano Mayor”, finalizada en 2021. Por eso, añade, la diócesis “vive estas horas con preocupación y consternación, consciente de la extrema delicadeza de la situación, que –hay que reiterarlo– ha sido ampliamente tratada en instancias judiciales totalmente ajenas a la competencia del Cardenal Vicario, y que ahora está siendo tratada de forma autónoma por los legítimos superiores” de la Compañía de Jesús.
Además, el cardenal insiste en que “la Diócesis de Roma, que no conocía hasta hace poco las cuestiones planteadas, no puede entrar en el fondo de las determinaciones tomadas por otros, pero asegura, también en nombre de su Obispo, todo el apoyo necesario para la deseable solución positiva del caso, que sane las heridas infligidas a las personas y al cuerpo eclesial, conduciendo en la medida de lo posible a la plena luz y a la verdad sobre lo sucedido”.
Ante esto, cuestiona que “las sentencias que vemos que muchos difunden con especial vehemencia, no parecen manifestar ni un criterio evangélico de búsqueda de la verdad, ni un criterio básico en el que se fundamenta todo Estado de Derecho”, puntualiza cuestionando los informes que se han realizado hasta ahora y de los que Vida Nueva ha podido constatar su veracidad.
En el comunicado confirma la colaboración con los responsables de las investigaciones canónicas y señala que la diócesis “considera primordial y fundamental acoger con profundo respeto el dolor y el sufrimiento de todos los implicados en este asunto”, sin emplear la palabra víctima o supervivientes.
Añade que acatará lo concerniente a “los oficios canónicos diocesanos –los únicos sometidos directamente a la autoridad del Cardenal Vicario– con los que el Padre Rupnik sigue investido, en particular el de Rector de la Iglesia de San Felipe Neri en el Esquilino y el de Miembro de la Comisión Diocesana para el Arte Sacro y el Patrimonio Cultural”, sobre los que no se hace una precisión mayor o se aplican medidas preventivas. Por lo tanto, parece confirmar que Rupnik mantiene estos cargos diocesanos excepto lo referente al ministerio público y el acompañamiento espiritual que son las medidas que se le han impuesto hasta ahora. El Vicario anuncia, además, que comenzará una reflexión sobre el ‘Centro Aletti’ –asociación pública de fieles de la diócesis desde 2019– del que el jesuita era la referencia principal aunque esté dirigido por Maria Campatelli.