Oscar Ojea: “La Navidad es una fiesta para echar raíces”

El presidente de la Conferencia Episcopal de Argentina rescató el valor de la celebración y el sentido de pertenencia, y animó a celebrar la fraternidad

Oscar Ojea: “La Navidad es una fiesta para echar raíces”

Cuando Jesús se hace hombre bendice a todo hombre, nazca donde nazca, viva como viva, tenga la educación que tenga, los condicionamientos que tenga, sus límites, sus fragilidades”, expresó en su mensaje navideño el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea.



El prelado manifestó que el ser humano no solamente vive la vida, sino que necesita celebrarla, cantar, expresarse… vivir la dimensión de fiesta que es trascendental para todas las culturas.

Aludió a los festejos después del triunfo de la selección argentina en el mundial de Qatar para expresar que la celebración fue como una gran revancha, de mucho tiempo sin celebrar; y agregó que, desde su opinión, “no celebramos nada los argentinos, cuando tenemos días feriados con fecha patria ni siquiera sabemos de qué se trata”.

Asimismo, se refirió a la encíclica Fratelli Tutti y las palabras que el papa Francisco expresó sobre el fin de la conciencia histórica: “Estamos como desarraigados, vacíos, desconfiados, todo empieza cuando empezamos nosotros; hemos perdido raíces y la fiesta, la celebración, nos da pertenencia por eso hemos “olido” un poquito lo que significa pertenecer”, dijo Ojea.

Celebrar la fraternidad

El obispo revalorizó este ejemplo de pertenencia es útil para poder despertar sueños o ponernos en contacto con lo que debería ser la celebración de una fiesta, que nos hace pertenecer, tener raíces, que da sentido y esperanza.

Dijo que en estas horas “Estamos frente a la Navidad, la Navidad es una fiesta para echar raíces, la raíz más profunda del ser humano, somos hermanos, somos hermanos porque Dios es Padre de todos”. Aseveró que cuando Jesús nace bendice a todo hombre, nazca donde nazca, viva como viva, con la educación, los condicionamientos, límites y fragilidades que tenga. “Dios se hace hombre para bendecir a toda carne humana, por eso la Navidad es una fiesta de raíces, porque nos sentimos hondamente hermanos”.

Finalmente, Ojea animó a celebrar la fraternidad, a hacer fiesta en cada mesa familiar para reencontrarse, sentirse cerca de los seres queridos, y rehacer vínculos porque “estamos hechos para sostenernos unos a otros aún en la diversidad. Que la Navidad nos traiga esa paz, esa seguridad que da sentirse de verdad hermanos; que Dios los bendiga, feliz Nochebuena para todos y feliz Navidad para toda la Patria”, señaló.

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