El secretario general de la Conferencia Episcopal Española, César García Magán, ha mostrado su pesar en nombre de toda la Iglesia de nuestro país por el fallecimiento hoy de Benedicto XVI con el deseo de que “el Buen Pastor le conceda -al Papa emérito- el eterno descanso que se merece”.
Para el obispo auxiliar de Toledo, Joseph Ratzinger representa una “dignísima sucesión al larguísimo pontificado de Juan Pablo II” y, a la vez, “un adviento, una alborada al pontificado de nuestro Papa Francisco”. A través de una alocución institucional, García Magán valoró cómo el pontificado del Papa alemán de ocho años no fue “largo en el tiempo”, pero sí “intenso en el magisterio, intenso en realidades pastorales”.
Así, hizo hincapié en “un magisterio que no se reduce a sus tres encíclicas, sino que se extiende a homilías, discursos, su trilogía de Jesús de Nazaret, sabiendo transmitir la fe con la cercanía del catequista”. “Ha dejado una huella imborrable y se une a la lista de los grandes papas del siglo XX y XXI”, apostilló.
Desde ahí, mostró su “gratitud al Señor por la vida y el ministerio de Benedicto XVI”, subrayando su “vinculación especial con España”. A partir de ahí, el secretario general de los obispos se detuvo en sus tres viajes a nuestro país. Por un lado, abordó su presencia en Valencia “con ocasión de la Jornada mundial de las Familias”. A la par, puso apreció como en Santiago de Compostela acudió “como un peregrino que fue a venerar los restos del apóstolo, raíces de nuestra fe en España” y recordó su “misa impresionante” en la basílica de la Sagrada Familia “por la que quedó abierta al pública”. Por último, ahondó en la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid en 2011, “con la multitud de jóvenes rezando con el Papa, con aquella adoración eucaristía con la custodia de Arfe de Toledo”.