“Estamos aquí para apoyarlo con nuestra esperanzadora oración y todo nuestro afecto, para expresar a Dios la gratitud de esta diócesis, que tanto amó y sirvió con amor desinteresado”. Con estas palabras, el vicario general de Roma, Angelo De Donatis, quiso mostrar su cercanía ayer por la tarde durante la eucaristía celebrada en la basílica de San Juan de Letrán por su Obispo emérito.
Ante un templo lleno, De Donatis se dirigió a los fieles desde el altar acompañado, entre otros, el jesuita Federico Lombardi, antiguo portavoz del Vaticano y director de la Fundación Joseph Ratzinger/Benedicto XVI. También concelebró el limosnero papal, el cardenal Konrad Krajewski.
De Donatis definió a Joseph Ratzinger tal y como él se presentó tras su elección como pontífice, “un siervo humilde en la viña del Señor”. A la par, subrayó su “amor a a Cristo y a la Iglesia”.
“Cuanto así lo quiera, Dios se acercará a este hermano nuestro en el sueño de la muerte y le dirá: ‘Joseph, resurge’”, añadió el vicario general de Roma, que expuso a continuación: “Y serán Cristo y su Madre quienes lo acojan para llevarle al Paraíso, donde el sueño de una vida se convertirá en la realidad de la eternidad”.