Ocurrió en septiembre de 2022. Hace apenas unos meses que tuvo lugar el último encuentro entre el papa Benedicto XVI y el arzobispo Nikola Eterović, nuncio apostólico en Alemania. Fue en el monasterio Mater Ecclesiae, y allí, tal como recoge el medio croata Glas Koncila, fue donde el papa emérito expresó al prelado su preocupación por la división suscitada en la Iglesia alemana por el Camino Sinodal.
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“Durante mis estancias de trabajo en Roma, visitaba regularmente al Papa retirado Benedicto XVI, como era un encuentro regular una vez al año, cada vez notaba signos de su debilidad física, producto de la edad”, ha explicado Eterović. “El espíritu, en cambio, siempre estaba fresco, abierto a todos los temas importantes de la Iglesia y de la sociedad”, ha asegurado.
Preocupación por la Iglesia alemana
“Durante las últimas reuniones, Benedicto XVI me esperaba sentado en una silla, obviamente moviéndose con dificultad. La última vez, Benedicto XVI tenía dificultad para hablar. Al comienzo de la reunión, todavía podía entenderlo a pesar de que hablaba en voz muy baja. Más tarde, me ayudó su secretario, el arzobispo Georg Gänswein, que vive con él todo el tiempo y entiende sus gestos y sus palabras apenas audibles”, ha explicado.
Así, en aquella última reunión, que duró alrededor de una hora, Benedicto XVI “estaba particularmente interesado en el estado de la Iglesia católica en su Alemania natal, especialmente por el recorrido del llamado Camino Sinodal, que trajo mucha animación, pero también división en comunidades eclesiales, y que suscitó la atención de toda la Iglesia”.