Aula Pablo VI. El Vaticano casi ha colgado el no hay billetes en esta audiencia general especial, pues coincide con la presencia en Roma de miles de fieles que mañana despedirán a Benedicto XVI en el funeral en el que se esperan alrededor de 70.000 personas.
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“Bongiorno”… Jorge Mario Bergoglio no ha hecho más que saludar cuando son las 09:00 horas y los fieles aplauden a su Pontífice. Él corresponde con una sonrisa cómplice, pero rápidamente se pone más serio para referirse a Joseph Ratzinger: “Antes de comenzar esta catequesis, quiero pedirles que nos unamos a cuantos en este momento están rezando por Benedicto XVI en la basílica”.
“Él fue un gran catequista que nos ayudó a descubrir la alegría de creer y la esperanza de vivir en Cristo”, ha añadido, para luego recalcar: “Su pensamiento agudo no fue autorreferencial, sino eclesial, porque siempre quiso acompañarnos al encuentro con Jesús. El Crucificado fue la meta a la que nos condujo el Papa Benedicto, llevándonos de la mano”.
En el saludo a los peregrinos de habla alemana, Francisco ha parafraseado a Benedicto XVI, recordando que “¡el que cree nunca está solo!”. “Quien tiene a Dios como Padre tiene muchos hermanos y hermanas. En estos días experimentamos de manera particular cuán universal es esta comunidad de fe y que ni siquiera termina con la muerte”, ha aseverado.
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— Revista Vida Nueva (@Revista_VN) January 4, 2023
Acompañamiento espiritual
Tras el recuerdo al papa emérito, Francisco ha continuado su ciclo de catequesis dedicado al discernimiento sobre lo que ha venido disertando en las últimas semanas. Precisamente hoy acaba esta serie con el acompañamiento espiritual.
“Dejarnos acompañar, es decir, confrontar nuestra vida con otra persona que tenga experiencia en este ámbito, estando abiertos —tanto el acompañado como el acompañante— a la acción del Espíritu Santo, es de gran ayuda para conocernos a nosotros mismos y poder así desenmascarar engaños, confusiones o dudas que impidan nuestro seguimiento del Señor”, ha señalado.
Como ha recordado el Pontífice, “la persona que acompaña no sustituye a Dios, sino que camina junto a la persona acompañada y la anima a leer lo que se mueve en su corazón, que es el lugar privilegiado donde habla el Señor”.
Para Bergoglio, “el modelo por excelencia en el arte de discernir y acompañar es la Virgen María. Ella habla poco, escucha mucho y medita en su interior. Lo hace con humildad, sin considerarse experta o autosuficiente. María, discípula y misionera, nos enseña a no tener miedo, a alabar a Dios en cada circunstancia de nuestra vida y a ‘hacer todo lo que Él nos diga’ (cf. Jn 2,5)”.
En el saludo a los peregrinos en lengua española, ha animado a pedir a la Virgen, “maestra de discernimiento, que nos ayude a crecer en la vida interior y a caminar, como los magos de Oriente, confiando en las mediaciones que nos guían hacia su Hijo Jesús”. A lo que los fieles han respondido con un caluroso “¡viva el Papa!