El promotor de justicia vaticano Alessandro Diddi junto con la Gendarmería investigan las nuevas pruebas presentadas por la familia de la joven casi 40 años
El cambio en la estrategia jurídica de la familia de Emanuela Orlandi, la joven ciudadana vaticana desaparecida la tarde del 22 de junio de 1983, en el centro de Roma parece que da algunos frutos. Después de que abrieran dos tumbas en el Cementerio Teutónico de la Ciudad del Vaticano; ahora el promotor de justicia –organismo equivalente a la fiscalía– Alessandro Diddi junto con la Gendarmería han decidido reabrir la investigación de esta desaparición.
Según la agencia Adn Kronos, Diddi junto con la Gendarmería, abren esta investigación dispuesta a transitar un recorrido judicial que ha tocado hasta ahora todo tipo de hipótesis inquietantes. Y es que en estos años, la desaparición se ha vinculado con la mafia, el terrorismo internacional o posibles casos de trata de menores y abusos sexuales. Por su parte, según publica el diario La Repubblica, ha señalado que “nadie” de los tribunales de la Santa Sede les ha avisado de esta decisión del promotor de justicia que volverá a analizar al detalle todos los expedientes, documentos, informes y testimonios en torno al caso que se han producido en estos casi 40 años.
Esto se produce en un momento en el que la abogada de la familia Orlandi había puesto el grito en el cielo tras el anuncio del secretario de Benedicto XVI, Georg Gänswein, de destruir toda la documentación privada del Papa emérito. También la defensa había pedido al Parlamento italiano que desarrollase su propia investigación y se anunciaban manifestaciones para los próximos días.