Este martes 10 de enero se llevará a cabo la primera audiencia del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, quien está acusado de conspirar contra el régimen de Daniel Ortega
Desde hace varias semanas, la Iglesia en Nicaragua, especialmente la diócesis de Matagalpa, se encuentra en oración permanente para pedir justicia en el caso del obispo Rolando Álvarez, cuya audiencia inicial se llevará a cabo este 10 de enero para determinar su situación jurídica, lo cual ha generado una gran expectativa a nivel nacional e internacional.
Álvarez se encuentra en arresto domiciliario desde la madrugada del 19 de agosto del año pasado, cuando la policía nicaragüense irrumpió en la curia diocesana para aprehenderlo, luego de haber estado sitiado en sus oficinas durante dos semanas por la policía del gobierno de Daniel Ortega, bajo el argumento de “incitar al odio” para “desestabilizar al Estado de Nicaragua”.
Desde el 2018, el obispo de Matagalpa ha sido uno de los principales críticos del régimen de Ortega, a partir de los enfrentamientos entre el gobierno y los grupos opositores a las reformas al sistema del seguro social.
Este día el obispo Rolando Álvarez tendrá su primera audiencia o audiencia inicial, pues ha sido acusado por el gobierno de Daniel Ortega de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense”, según informó a mediados de diciembre el Complejo Judicial de Managua.
De acuerdo con la Agencia EFE, la audiencia inicial está prevista este martes a cargo de la jueza del décimo distrito penal de audiencia de Managua, Gloria María Saavedra Corrales, quien deberá decidir si manda el caso a juicio oral y público, y si mantiene o no en prisión preventiva al obispo.
En tanto, la comunidad católica de Matagalpa ha convocado a una jornada de oración permanente por su obispo Álvarez, la cual ha sido a través de redes sociales particulares, y en ocasiones desde el anonimato, por miedo a reprimendas por parte del gobierno.