La sala multiusos preparada en los Museos Vaticanos para el juicio del conocido como Vatileaks 3 sobre las finanzas de la Secretaría de Estado, recibe este viernes, 13 de enero, a una vieja conocida de las intrigas vaticanas de estos años, la italiana Francesca Immacolata Chaouqui. Alguien que se sentó en el banquillo de los acusados en el caso del Vatileks 2 junto al sacerdote español Ángel Lucio Vallejo, su secretario personal, Nicola Maio, y los periodistas Emiliano Fittipaldi y Gianluigi Nuzzi, autores de los libros causantes del escándalo de filtración de documentos confidenciales.
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La italiana llega al tribunal dispuesta a hablar y contar su verdad, también a los periodistas a los que ha convocado antes de atravesar la muralla leonina, creando además su propio hashtag: #parlachaouqui. Chaouqui tendrá que dar explicaciones de unos mensajes intercambiados con Genoveffa Ciferri, una amiga de monseñor Alberto Perlasca, antiguo trabajador de la Secretaría de Estado y principal testigo de la acusación.
La asesoría de Chaouqui a Perlasca será presentada por los abogados de la defensa como un elemento para minar el testimonio estrella de Perlasca ya que ella nunca ha escondido sus diferencias con Becciu. Esta evidencia desmiente que Perlasca haya elaborado sin ayuda su testimonio, como ratificó en sede judicial.
Proceso de revisión
Aprovechando esta circunstancia, además Chaouqui ha pedido que se ponga en marcha “un proceso de revisión de la sentencia que la vio condenada en el juicio Vatileaks 2”. La italiana basa esta petición en nuevas pruebas vinculadas con el asunto de la desaparición de Emanuela Orlandi y que la exonerarían de cualquier tipo de implicación en aquel caso.
Tras participar en la Cosea, la comisión creada por el papa Francisco para estudiar las cuentas y la organización de la Curia romana; en julio de 2016 Chaouqui fue condenada a 10 meses de cárcel con suspensión de la pena por filtración de documentos confidenciales. También fue considerado culpable el sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda, al que le cayeron 18 meses de cárcel de los que solo cumplió la mitad. Fue Vallejo Balda quien introdujo a Chaouqui en la comisión económica. Además, en diciembre de 2020 la Fiscalía de Roma registró su casa como parte de una operación relacionada con la compra de 801 millones de mascarillas en China durante la primera ola de la pandemia.