“Las Iglesias orientales necesitan un soplo de aire fresco”. Así lo ha expresado el cardenal iraquí Louis Raphael Sako, Patriarca de la Iglesia caldea, en su reflexión con motivo de la celebración de la próxima Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. La declaración, hecha pública por el Patriarcado caldeo y recogida por Fides, reconoce que en Oriente Medio “las comunidades cristianas están fatalmente condicionadas por la sociedad en la que viven”.
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“Los cristianos de Oriente Medio están condicionados por muchos factores, entre ellos, a veces, la competencia-diferencia entre distintas tradiciones eclesiales, y el solapamiento total entre identidad étnico-nacional y pertenencia eclesial”, señala. “En los últimos días, con motivo de Navidad y Año Nuevo”, admite el cardenal, “leí las cartas de algunos sacerdotes, escuché sus sermones, vi sus entrevistas televisivas, y encontré sus ideas anticuadas: lo que decían parecía no tener relación con la realidad actual”. De ellos, subraya que “no tocan los sentimientos de los destinatarios, ni alimentan su esperanza, ni dan consuelo”. Y advierte que, si la situación continúa a este ritmo, “las generaciones futuras se quedarán sin fe”.
Con el Concilio Vaticano II
En este sentido, el Patriarca caldeo lamenta “que las Iglesias católicas orientales no se hayan beneficiado mucho de los trabajos del Concilio Ecuménico Vaticano II (1962-1965) ni del Sínodo para Oriente de 2010”. Y ante las urgencias del presente, “hay que dar prioridad a la cuestión de la unidad, sobre todo porque nos hemos convertido en minoría en nuestros países. Nuestra fuerza – ha continuado explicando el Primado de la Iglesia caldea – está en nuestra armoniosa unidad, garantía de nuestra supervivencia y de nuestra continuidad en la transmisión de nuestro mensaje”.
“La unidad de los bautizados”, ha afirmado, “no significa mortificar o borrar la riqueza de las distintas tradiciones teológicas, litúrgicas y espirituales de las diversas comunidades eclesiales”, sino “aceptar las diferencias y respetarlas mediante la humildad mutua y el encuentro fraterno”.