“Vivimos en un escenario que pone en entredicho el modelo de gestión que por más de 20 años ha guiado los destinos de la nación”
La Asamblea Plenaria del Episcopado venezolano llegaba a su fin ayer, 12 de enero, con la presentación de la exhortación pastoral ‘En nombre de Jesús Nazareno, evántate y camina… y de un salto, se puso de pie y caminó. (Hechos, 3, 6b. 8a)’. En ella, los obispos han querido “hacerles llegar un mensaje cercano y fraterno, iluminado por la Palabra de Dios, que busca dar respuesta a esta realidad que estamos padeciendo junto con ustedes, pues nosotros también somos parte de este pueblo; fuimos elegidos como sus servidores”.
“Iniciando este nuevo año 2023, nuestro país continúa viviendo una crisis política, social y económica profunda”, afirman los obispos en el documento, en el que describen “un escenario que pone en entredicho el modelo de gestión que por más de 20 años ha guiado los destinos de la nación”.
“Emergen nuevas élites económicas. Zonas de Caracas y, en menor medida, de algunas otras ciudades, muestran lo que se ha llamado una ‘burbuja’, como resultado de una suerte de ‘capitalismo socialista salvaje’, que contrarresta y resulta ofensiva para quienes, como nuestros educadores, personal de salud, obreros, trabajadores informales y pensionados, intentan subsistir con unos ingresos paupérrimos, y que hace que la brecha de desigualdad entre ricos y pobres sea cada vez más escandalosa”, explican.
“Con una de las inflaciones más altas del mundo y una moneda nacional en continua devaluación, el día a día de los venezolanos resulta cada vez más complicado”, reconocen los prelados, subrayando que “esta situación ha obligado ya a más de 7 millones de personas a salir del país, según las cifras de la Agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, generando la corriente migratoria más grande de América Latina y el Caribe en los últimos 50 años. Un éxodo, sobre todo de jóvenes, que no se detiene y empobrece el presente y el futuro del país”.
En este sentido, el Episcopado agradece “la acogida y el cuidado de nuestros compatriotas migrantes que han recibido de parte de diversas instituciones eclesiales, gubernamentales y de la sociedad civil en los diferentes países por donde han transitado”.
“Seguimos convencidos que el camino a transitar es el de las negociaciones verdaderas y sinceras para la obtención de acuerdos entre los poderes del Estado y las fuerzas sociales democráticas acerca de las grandes cuestiones de interés nacional, como son, entre otras, la ayuda humanitaria, la liberación de los presos políticos, la consecución de mayores y mejores garantías electorales, junto con la observación internacional plural e imparcial de las próximas elecciones“, aseveran. “Todo esto, con una firme voluntad compartida de poner de lado intereses particulares o partidistas que impiden avanzar y que solo producen paralizaciones estériles, alargando la agonía de todo un pueblo”.
Durante la última jornada de la Asamblea tuvo lugar, además, la aprobación y presentación de los Estatutos de la Comisión de Cultura del Buen Trato, Salvaguarda y Prevención. “Desde hace varios meses se ha comenzado un camino, un itinerario de trabajo, de reflexión, para conformar esta comisión de trabajo para la prevención de abusos a menores y personas vulnerables”, dijo Ricardo Barreto, obispo auxiliar de Caracas.
“Se ha insistido mucho en la creación de espacios de escucha para los posibles casos”, añadió el sacerdote Manuel Lago, que forma parte de la Comisión. “Sabemos que las diócesis tienen sus correos para recepción de denuncias, pero se invita a la creación de las oficinas, protocolos y líneas de acción, con la invitación de darlos a conocer y la promoción de los distintos materiales, que la gente los conozca, qué pasos de deben seguir para evitar la revictimización”, explicó.