“Confiando en el Dios de la vida, los invito a que continúen ahondando en sus propias raíces con valentía y responsabilidad, y sigan dando frutos unidos en la fe, la esperanza y la caridad”. Con estas palabras se despide el papa Francisco en su carta al pueblo cubano con motivo del 25 aniversario de la visita de Juan Pablo II a Cuba.
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Para Francisco, esta visita de Karol Wojtyla fue “un momento de gracia y bendición”. “En el marco de este aniversario, los obispos de esa conferencia episcopal han tenido la deferencia de invitar al cardenal Beniamino Stella, que en esos años como nuncio apostólico fue un testigo privilegiado de aquel acontecimiento, para que los visite, y le he pedido que les lleve mi saludo y bendición”, ha señalado.
“Me gustaría que durante este tiempo vuelvan a hacer presente en sus corazones los gestos y las palabras que mi predecesor les dirigió durante su visita, que resuenen con fuerza en el presente, y den un nuevo impulso para seguir construyendo con esperanza y determinación el futuro de esa nación”, ha señalado.
Y ha continuado parafraseando a su predecesor en su mensaje a los jóvenes cubanos el 23 de enero de 1998: “¡Afronten con fortaleza y templanza, con justicia y prudencia los grandes desafíos del momento presente; vuelvan a las raíces cubanas y cristianas, y hagan cuanto esté en sus manos para construir un futuro cada vez más digno y más libre!”.
Volver a las raíces cubanas y cristianas
En este sentido, “también yo los animo a volver a sus raíces cubanas y cristianas, es decir, a su propia identidad, que ha generado y sigue generando la vida de ese país. Esas raíces se han robustecido permitiéndonos verlas crecer y florecer en el testimonio de tantos de ustedes que trabajan y se sacrifican cada día por los demás, no solo por sus familiares, sino también por sus vecinos, por todo el pueblo”, ha añadido.
“Gracias por ese ejemplo de colaboración y ayuda mutua que los une y que revela el espíritu que los caracteriza -ha proseguido-: abierto, acogedor y solidario. Sigan caminando juntos con esperanza, sabiendo que siempre, y particularmente en medio de las adversidades y sufrimientos, Jesús y su Madre Santísima los acompañan, los ayudan a cargar la cruz y los consuelan con el gozo de la resurrección”.
Por ello, como signo de su cercanía y comunión con el pueblo cubano, “que cuenta con grandes escritores y artistas”, ha querido recordar unas palabras del Padre Varela: “Luego que el árbol se radique, bien pronto extenderá sus ramas, y a su sombra reposará la virtud”. “Este árbol pleno de vitalidad bien puede representar al hombre que tiene enraizada su confianza en el Señor”, ha subrayado.