Isaac Achi, párroco de la iglesia católica de San Pedro y San Pablo, fue sorprendido por los criminales el domingo a las tres de la madrugada
La violencia en Nigeria contra los cristianos no cesa. Lejos de contenerse, se recrudece con más saña que nunca en el norte del país. Si en 2022 cuatro sacerdotes fueron asesinados y 28 fueron secuestrados. Este 2023 comienza con extremistas islámicos quemando vivo en su casa al P. Isaac Achi, párroco de la iglesia católica de San Pedro y San Pablo (en Kafin-Koro, en la región de Paikoro). Así, en el ataque de ayer, domingo, hirieron de bala al P. Collins Omeh cuando intentaba escapar, por lo que se encuentra hospitalizado.
Al confirmar el violento y trágico ataque, que tuvo lugar hacia las 3 de la madrugada, el responsable de Relaciones Públicas de la Policía en el Estado, Wasiu Abiodun, declaró que “los bandidos intentaron entrar en la residencia, pero fracasaron y prendieron fuego a la casa, mientras el padre moría carbonizado”.
“La policía fue enviada inmediatamente al lugar de los hechos, pero los matones huyeron antes de su llegada”, agregó. No obstante, “se están realizando esfuerzos para detener a los asaltantes, al tiempo que se han iniciado las investigaciones sobre el trágico ataque”.
“Han venido a matar. Si su propósito fuera un robo o un secuestro habrían actuado de otra manera”, dijo a la Agencia Fides Luka Sylvester Gopep, obispo auxiliar de Minna, la diócesis a la que pertenecen los sacerdotes.
Asimismo, señaló que, “al parecer, los asesinos intentaron entrar en la casa y, al no conseguirlo, prendieron fuego a la vivienda, quemando vivo al sacerdote. Incluso antes de prender fuego a la casa, los bandidos dispararon indiscriminadamente. Un signo de su voluntad de matar”. Según Gopep, “el asalto fue cometido por una banda de pastores fulani. Pero nos preguntamos quién los envió a asaltar la casa parroquial”.
“Es un momento triste. Que maten a un sacerdote de esta manera significa que nadie está a salvo. Estos terroristas han perdido la cabeza y es necesario tomar medidas drásticas para poner fin a esta matanza”, declaró el gobernador del Estado de Níger, Sani Bello.
Los nigerianos votarán a un nuevo presidente el próximo 25 de febrero, pero los secuestros para pedir rescates y los asesinatos cometidos por bandas armadas en el norte del país han hecho temer que los comicios no puedan celebrarse en algunas zonas.