El cardenal George Pell, que fallecía el pasado 10 de enero a los 81 años de edad a causa de una complicación médica tras una operación de cadera, será enterrado en su Australia natal el próximo 2 de febrero, tal como ha confirmado hoy la Archidiócesis de Sidney.
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Concretamente, el purpurado será enterrado en una capilla de la catedral de St. Mary de Sidney en una celebración presidida por su sucesor como arzobispo de Sydney, Anthony Fisher.
Mientras, el cuerpo del cardenal se encuentra aún en Roma, donde falleció. De hecho, el funeral se llevó a cabo en la Basílica de San Pedro el sábado, donde Francisco impartió una bendición final a un purpurado que fue clave en la reorganización económica del Vaticano durante los primeros años de su pontificado.
Difíciles últimos años
Nació en Ballarat (Australia) en 1941, fue nombrado obispo auxiliar de Melbourne en 1987, siendo su arzobispo titular desde 1996. En 2001 fue nombrado arzobispo de Sídney. Cardenal desde 2003 ha sido miembro de la Congregación para los Obispos, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y de los Consejos Pontificios para la familia, para la Justicia y la Paz, para la Promoción de la Nueva Evangelización, para la Pastoral de la Salud y la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
Siendo el primer prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, en 2014 tuvo que apartarse del cargo para tener que afrontar las acusaciones de haber abusado de dos menores siendo arzobispo de Sidney, cargos de lo que sería absuelto por el Tribunal Supremo de Australia tras pasar un periodo de 13 meses en la cárcel, como el mismo contará en unas memorias que, según ha desvelado recientemente el secretario personal de Benedicto XVI, Georg Gänswein, el Papa emérito leyó con vivo interés. De hecho, el cardenal participó el pasado 5 de enero en el funeral por el pontífice fallecido.
