“De hecho, el Estado moderno del mundo occidental se considera en parte una gran potencia de tolerancia, que rompe con las tradiciones insensatas y prerracionales de todas las religiones”, escribe
Las reflexiones de Benedicto XVI tras su renuncia en 2013, muchas de ellas inéditas, han sido recogidas en un libro que verá la luz en Italia este viernes, 20 de enero, en el que denuncia la “intolerancia” de las sociedades occidentales “contra la fe cristiana”.
“Este volumen, que reúne los textos que escribí en el monasterio Mater Ecclesiae, se publicará después de mi muerte”, escribe Benedicto XVI sobre el libro titulado ‘¿Qué es el Cristianismo’ Casi un testamento espiritual’, tal como recoge Europa Press. Se trata de una recopilación de 16 textos, la mayoría de ellos escritos en torno al año 2018. Entre ellos hay documentos inéditos y, en cuanto al contenido, se refieren, entre otras cosas, al diálogo islámico-cristiano, la definición del concepto de religión o el significado de comunión.
El Papa alemán define este volumen como su “última obra” y en ella contiene un texto inédito titulado ‘Monoteísmo y tolerancia’, en el que critica duramente “la creciente intolerancia ejercida precisamente en nombre de la tolerancia” en las sociedades contemporáneas.
“De hecho, el Estado moderno del mundo occidental se considera en parte una gran potencia de tolerancia, que rompe con las tradiciones insensatas y prerracionales de todas las religiones”, escribe Benedicto XVI. Además, asegura que a través de la “manipulación radical del hombre” y “la alteración de los sexos mediante la ideología de género” se opone la sociedad contemporánea “al cristianismo”.
“El pensamiento moderno ya no quiere reconocer la verdad del ser, sino que quiere tomar el poder sobre el ser. Quiere remodelar el mundo según sus propias necesidades y deseos”, escribe el Papa emérito, quien critica también el “relativismo contemporáneo”, la “pretensión dictatorial de tener siempre la razón” así como “el abandono de la antropología cristiana y del estilo de vida que de ella se deriva, por considerarla prerracional”.
“La intolerancia de esta aparente modernidad contra la fe cristiana”, apunta, “no se ha convertido todavía en persecución abierta”. Sin embargo, añade que esta “se presenta de forma cada vez más autoritaria, pretendiendo conseguir, con la legislación que de ella se deriva, la extinción de lo que es cristiano en esencia”.